Aunque normalmente cuando hablamos de meditación lo asociamos a personas adultas, los niños también pueden meditar, algo que les aportará bastantes beneficios y de lo que os vamos a hablar en esta entrada.
Meditar con niños no es tal y como lo conocemos los adultos, puede ser algo tan sencillo cómo dar un paseo en un parque y fijarnos en todos los árboles y animales que veamos, pero hacerlo en silencio. También lo es tumbarse en el césped un día soleado y mirar en silencio las nubes, ver las olas del mar como vienen y se van de la orilla, admirar un paisaje, etc.










