Los celos infantiles son algo que suele aparecer cuando se tiene un segundo o tercer hijo, por ejemplo. Lo mismo sucede cuando se trae una mascota al hogar. Los niños se pueden sentir celosos de que el nuevo inquilino reciba más atenciones que él.
No es fácil tratarlos y para los niños supone un traspié duro al principio. Sienten como si han dejado de ser los reyes de la casa y en ocasiones puede generar sentimiento de frustración. Es un sentimiento en el que piensa que no es correspondido de la forma en la que él espera.