Cómo afrontar un cambio de colegio

niños en el colegio

Un cambio de domicilio puede hacerse por muchas razones, lo que a veces conlleva un cambio de colegio. Esto supone un perjuicio para toda la familia, incluido el niño o la niña. ¿Cómo podemos ayudar a nuestro hijo a afrontar este cambio?

Como todo cambio que se realice, llegan muchas oportunidades, pero también puede haber problemas. Sacar a nuestro hijo de su colegio, especialmente si lleva mucho tiempo, es algo que notará mucho. Sucede lo mismo que con los adultos, sacarnos de nuestra zona de confort de un día para otro nos descoloca.

Ayudar al niño en el cambio de colegio

Lo mejor es comunicárselo con bastante tiempo de antelación. Debemos intentar que lo vea como un cambio que será a positivo y no negativo. A los amigos que ya tiene en su cole de siempre se le sumarán otros nuevos en este colegio. Además, si el cambio es en la misma ciudad, siempre podrá ver a sus amigos en cualquier momento.

La razón del por qué avisar al niño con tiempo es sencilla, para que no sufra un shock ni lo pase mal. Nunca está de más llevarlo al nuevo centro, algo que puede ayudar a su adaptación a ese nuevo entorno.

Si es posible, el cambio de colegio se recomienda hacer cuando haya finalizado un ciclo lectivo. Si es en mitad de un curso, el niño tendrá que hacer más esfuerzo y puede que no lo pase bien. Tendrá que adaptarse a la nueva metodología de estudio, a los compañeros y al entorno.

Esto puede ser un hándicap que le podría llegar a costar bastante superar. Por ello, hay que intentar ayudarles en todo lo que esté en nuestra mano. Los expertos nos recuerdan que un cambio en poco tiempo y en medio de un curso puede producir estrés.

Asimismo pueden sufrir otra clase de cambios ante los que hay que ponerse manos a la obra para ayudarle. Entre esos cambios destacan:

  • Cambios notables en el apetito (puede dejar de comer o comer demasiado)
  • Tristeza e irritabilidad.
  • Introversión.
  • Sentimiento de cansancio y fatiga.
  • Miedo a no ser querido o aceptado por sus compañeros.
  • Dificultades para dormir.
  • Disminución de su rendimiento escolar.
  • Dolores abdominales.
  • Problemas para dormir­.

Recuerda, para evitar estos problemas o atenuarlos, es recomendable planificar los cambios con tiempo. Además, tanto el papá como la mamá debemos apoyarle en todo momento para que el cambio no le resulte tan brusco.