El colecho es dormir con el bebé, y hay un par de modalidades: en la misma cama que los padres, en una cuna adosada a la cama, o en una cuna tradicional, con una parte abierta para que se pueda acoplar a la cuna de los padres. Es un hábito muy beneficioso para los bebés y para las madres, aunque también tiene sus detractores. Veamos en qué consiste y cuáles son sus beneficios.
Qué es el colecho y cuándo practicarlo
El colecho es una práctica muy habitual en los padres, que consiste en que el bebé duerma con nosotros, o bien en nuestra misma cama de matrimonio, o bien con cunas adaptadas. Las cunas tradicionales adaptadas a las camas se pueden adquirir en tiendas especializadas en bebés, y tienen un lado que se puede abrir para adaptarla a la cama de matrimonio.
El colecho favorece que la lactancia materna se mantenga durante más tiempo, además, tiene un efecto protector para combatir el temido síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) según muchos expertos. Es recomendable en bebés a partir de los tres meses, aunque no hay un acuerdo sobre cuándo debe cesar esta práctica, pero no más allá de los tres años.
No debe practicarse si los lactantes son menores de tres meses, si son prematuros o si tuvieron un bajo peso al nacer. Tampoco con padres que consumen tabaco, alcohol o drogas, durante el primer periodo de postparto por cansancio excesivo de la madre, e en camas compartidas con otras personas. Tampoco debe practicarse si dormimos en un sofá cama, o en superficies que no son camas de matrimonio con colchones y somieres cómodos para el bebé.
Practicar el colecho es uno de los consejos para que tu bebé duerma, ya que se sentirá más seguro y acompañado de las personas a las que conoce y con las que convive. De hecho, muchos especialistas recomiendan que los bebés duerman con sus padres, aunque no se practique cohecho directamente, por lo menos hasta los 6 meses, en los que deben pasar a dormir en su propia habitación. Aunque para muchos padres, esta edad es definitivamente temprana, hay expertos que sí recomiendan que nuestro bebé debe dormir solo lo antes posible, aunque en las primeras ocasiones, se trate de una experiencia algo traumática.
Cuáles son los beneficios del colecho
Son muchos los beneficios del colecho, no sólo para los bebés, sino también para los padres. Entre los principales, están los siguientes:
- El colecho sincroniza la respiración y la temperatura del bebé y de la madre, permitiendo que ambas se regulen y estableciendo unas pautas de descanso y de despertar que benefician el sueño de los bebés.
- En este sentido, los padres también descansaremos mejor, ya que no tenemos que levantarnos frecuentemente de la cama, si el bebé se despierta y llora, para atenderle en una habitación distinta.
- Es un buen método para poder prolongar la lactancia materna, ya que el bebé tendrá una mayor facilidad de acceso a las tomas, sin un horario específico y sin necesidad de hacer el esfuerzo de incorporarse.
- Dormir con los padres les ofrece una gran seguridad, porque tienen una respuesta rápida al llanto y a sus necesidades generales. Además ofrece la posibilidad de contacto en cualquier momento, algo necesario en los bebés de edades tempranas. Aunque la principal desventaja es el mucho trabajo que nos puede costar después desligar al bebé de esta práctica, para que comience su etapa de dormir solo.
¿Se debe practicar el colecho?
El colecho es una práctica muy extendida entre muchos padres. Algunos expertos y pediatras están a favor, por los beneficios que conlleva, mientras que otros piensan que tiene algunos inconvenientes como hacer que el bebé sea dependiente emocionalmente desde edades tempranas.
Por esta razón, el colecho no está ni indicado ni contraindicado, y es una opción libre de los padres, que deben decidir si quieren incorporarlo o no, a la rutina de sueño de sus bebés., por lo que todo queda a criterio de los progenitores.
Esta práctica no es novedosa, ya que los padres duermen con sus bebés desde tiempos antiguos, y quienes lo han practicado con sus hijos se sienten más tranquilos emocionalmente, pensando que el bebé está perfectamente atendido durante toda la noche. Además, comerá mejor porque no tendrá que hacer grandes esfuerzos para la lactancia, dormirá mejor con respiraciones acompasadas con los padres.
Consejos para que tu bebé duerma
Entre los consejos para que un bebé duerma toda la noche, además del colecho, está la práctica de una rutina continuada en el tiempo. Hay que acostarlo y despertarlo a la misma hora. De esta forma conseguiremos que se habitúe a tener unas determinadas horas de sueño en unas horas concretas. También es necesario acostarlo, en la medida de lo posible, en la misma habitación, para que el bebé se habitúe y se sienta cómodo y seguro. También es importante, que cuando empiece a dormir sólo, estemos más tiempo con él hasta que comprobemos que se ha dormido, y vayamos eliminando gradualmente nuestra presencia, hasta que el bebé se acostumbre a que ya es el momento en el que tiene que dormir solo. Esto puede suceder a partir de los 6 meses, o según el criterio de los padres. En un principio, puede ser una experiencia algo traumática, pero es una de las etapas por las que debe pasar el bebé en su crecimiento: acostumbrarse a dormir solo y a tener su propia habitación.
Cuándo debe acabar el colecho
Algunos expertos hablan de que el colecho debe cesar cuando acabe la lactancia materna, para que el bebé aprenda a tener su propio espacio y a poder dormir solo. Algunos padres duermen con sus bebés hasta los 3 años, porque en estas edades, los bebés también empiezan a reclamar su propia habitación y a querer dormir solos.
En cualquier caso, que el bebé comparta nuestro espacio y nuestra cama es una decisión absolutamente libre de los padres, que debe ir en consonancia con la evolución natural y el crecimiento de cada bebé.