Mitos y verdades sobre cómo quitar el hipo en bebés

Cuando nuestro bebé tiene hipo, inmediatamente recurrimos al viejo truco del hilo mojado en la frente. Pero, ¿es esto realmente efectivo? Muchas madres alegan que funciona, mientras que otras garantizan que no, que es un mito ridículo que lo único que consigue es que el bebé haga el ridículo vaya a dónde vaya.

Pues bien, a lo largo de este artículo descubrirás si este remedio casero funciona o no. Pero, queremos que tengas más recursos y por eso vamos a darte más consejos que conseguirán que tu pequeño descanse de ese hipo desgarrador. Pero, antes veamos qué es el hipo y cómo se produce en el cuerpo de nuestros bebés.

¿Qué es el hipo?

Para empezar, te diremos que el hipo es un fenómeno que se desarrolla en el diafragma. Pensarás que este movimiento reflejo solo se produce una vez ha nacido el bebé, pero te equivocas. El hipo también es habitual dentro del útero materno. De hecho, es normal que muchas mujeres embarazadas noten ciertos movimientos rítmicos varias veces al día.

Hemos hablado del diafragma. Pero, ¿qué es el diafragma? Pues, es un músculo alojado en la parte inferior del pecho cuya función es ayudar a los pulmones a llenarse de aire. El caso es que en ocasiones entra demasiado aire por la boca, y al diafragma le cuesta procesarlo. El resultado son contracciones involuntarias que provocan el bloqueo de las cuerdas vocales.

Si el hipo dura menos de cuarenta y ocho horas seguidas, no hay de qué preocuparse, será incómodo para tu bebé, pero no causará un mal mayor. El problema es que, si este hipo persiste, tendríamos que contactar con un profesional para su valoración.

¿Cuáles son las causas del hipo?

Como hemos dicho el hipo es producido por un exceso de aire ingerido por la boca y procesado con dificultad por el diafragma. Pues bien, ¿cuándo podemos ingerir ese exceso de aire? Estos son los principales motivos por el que el hipo se produce en nuestro organismo:

  • Comer deprisa: Si al comer ingerimos los alimentos demasiado rápido, el estómago se llenará demasiado deprisa, teniendo como consecuencia la entrada de mucho aire en el diafragma.
  • Comer mucho: Al igual que sucede en el caso anterior, si llenamos nuestro estómago en exceso, sobre todo con alimentos líquidos, el nervio frenético se activará y provocará esta contracción involuntaria en el diafragma.
  • Tener ansiedad: Ni que decir tiene que la ansiedad provoca una respiración acelerada, lo que podría causar que, al ingerir esta cantidad de aire, el diafragma no lo procese correctamente.
  • Sentir emociones fuertes: Cuando nos emocionamos y nos sorprendemos, lloramos o nos reímos a carcajadas, entra mucho aire al interior de nuestro cuerpo, lo que podría provocar este descontrol del diafragma.
  • Tragar mucho aire: Cuando hacemos deporte, o una actividad de mucho esfuerzo que conlleva inspirar aire continuamente, tenemos más riesgo de sufrir hipo.
  • Consumir bebidas con gas: Al consumir bebidas gaseosas estamos ingiriendo más cantidad de aire que con una bebida normal, lo que supone esta entrada masiva de aire en el diafragma.

¿Por qué los bebés tienen hipo más veces que un adulto?

Como ya habrás imaginado, que los bebés sean más propensos a sufrir ataques de hipo, está relacionado con que, tanto su sistema digestivo, como el nervioso, aún son inmaduros.

Desde aproximadamente las 8 semanas de gestación, el bebé puede tener ataques de hipo. Pero, no hay que preocuparse porque es algo totalmente normal. De hecho, es un signo de bienestar fetal, ya que significa que el diafragma está funcionando y se prepara para cuando llegue el momento de la entrada de aire en los pulmones.

El motivo de que fuera del útero los niños tengan hipo a menudo, no es otro que su alimentación. Los primeros 6 meses los bebés se alimentan básicamente de leche, y al succionar y tragar con rapidez, el estómago se dilata y provoca el hipo. Estos ataques, podrían llegar a durar hasta 30 minutos, pero entrarían dentro de los parámetros normales.

¿Cómo quitar el hipo a los recién nacidos?

Para empezar, deberías saber que, aunque a los adultos nos parece una sensación bastante incómoda, los bebés no muestran signos de molestia. Por lo que, si después de probar los trucos que te contamos a continuación, el hipo no mengua, tampoco deberías preocuparte en exceso, es un proceso benigno. Veamos a continuación las formas más rápidas para quitar el hipo.

  • Cambiarle de posición: En ocasiones el hipo entra cuando el bebé está comiendo. En ese caso, prueba a cambiarle de posición para que trague menos aire.
  • Hacer pausas: Mientras come, es recomendable hacer pequeñas pausas para que el bebé coma más despacio y así conseguir que el aire no pase tan deprisa.
  • Ofrecer el chupete: Aunque no recomendamos el uso continuo de chupetes en los bebés, después de comer, si aparece el hipo puedes ponérselo para frenarlo en seco.
  • Dar el pecho: Si has optado por la lactancia materna, una buena idea es ofrecerle el pecho. De hecho, coge menos aire con el pecho que con la tetilla de un biberón.
  • Darle una cucharadita: Puedes optar por leche materna o de fórmula, pero házsela tragar con una cucharita pequeña si tiene más de 6 meses de edad.
  • Hacer que eructe: La opción más lógica para que tu pequeño no tenga hipo, es hacer que eructe. Así que, apoya su cabeza contra tus hombros y dale unas palmaditas en la espalda para que expulse el aire.
  • Provocar un estornudo: Otro modo es hacer que el pequeño estornude. Puedes hacerlo pasándole un paño limpio suavemente por su pequeña nariz. Así pararás su hipo en el momento.

Como ves, en todo el listado de remedios para calmar o eliminar el hipo no se encuentra el mito de poner un hilo en la frente, y es que el hipo es un reflejo de las vías respiratorias que no tiene ninguna conexión con la piel, y menos con la frente.