Las madres y el sueño

madre en pleno sueño

Muchas de vosotras lo sabréis porque ya habréis tenido hijos y las que aún no, lo descubriréis. Siendo madres, sobre todo durante los primeros años de vida de los hijos, tocará pasar mucho sueño. Ser madre no es fácil pero sí es muy reconfortante y en ello podemos estar solas o acompañadas. Si estamos con una pareja posiblemente tendremos menos sueño porque compartirá nuestro trabajo como mamás.

Debemos aprender a dormir mejor

Con el paso del tiempo nos acostumbramos a dormir poco y a optar por mejorar nuestra productividad como madres. No debemos excedernos en el celo con nuestros hijos, hay que ser conscientes y descansar. Puede que en muchas ocasione se piense que el cuerpo puede aguantar pero no es así.

El cuerpo puede llegar a un momento en el que no reaccione correctamente y se puede llegar a caer enferma. Asimismo tampoco vale de nada que un día se duerman 5 horas y al día siguiente 9. Los especialistas coinciden, el sueño no se recupera, por eso es tan importante dormir correctamente todos los días.

Es muy recomendable que te mantengas atenta a todas las señales que envía el cuerpo puede estar enviándote. De esta forma podrás darte cuenta de que te pide descanso y obres en consecuencia. A veces es suficiente con que te acuestes una hora a dormir la siesta, descansarás y te relajarás.

Señales de que necesitamos un sueño reparador

Seguro que en más de una ocasión no has conseguido «ser tú misma» de lo cansada que estabas. En ocasiones la memoria falla así como los reflejos, la agilidad mental e incluso se pueden producir cambios de humor. Pero hay más señales que indican que tu cuerpo está cansado y necesita dormir y vamos a decirte algunas de ellas.

Comienzas a olvidarte de las cosas, el televisor encendido, no sabes dónde está el móvil, si has dado de comer al peque, etc. Tras la hora de comer te entra sueño y apenas puedes resistirlo y prácticamente te quedas dormida en cualquier lugar.

Tus ojos se muestran irritados, bien del cansancio o de frotártelos. No haces más que bostezar y notas que en tu cara te salen granitos del estrés y la falta de sueño. Tomas más café de la cuenta para estar activa pero tu cuerpo cada vez está más cansado.

En estos casos es cuando necesitas ayuda y mientras tú descansas, tu pareja o un familiar pueden cuidar de tu hijo. Nunca lleves el cuerpo al límite, no es bueno.