Mucho se habla últimamente de la generación blandita. Pero, ¿qué es exactamente? ¿estarán nuestros hijos dentro de ella en el futuro? Quizá, aún no te suene este término, pero seguro que te criaste escuchando este otro: la generación NI-NI. ¿Verdad que eso de la generación NI-NI te suena algo más? Esta generación estaba formada por un grupo de jóvenes de entre 16 y 25 años (y algunos más mayores) que ni estudiaban, ni trabajaban.
Bueno, realmente no hay que hablar de esta generación en pasado porque aún se sigue dando el caso a día de hoy. Pero ahora, entramos en otro problema, ¡estamos criando niños que formarán parte el día de mañana de la nueva generación blandita. Puede que ahora estés negando con la cabeza porque piensas que no es tu caso. Si es así, enhorabuena, pero presta atención a todo lo que te contamos a continuación porque puede que no seas consciente de este problema común.
¿Qué es exactamente la “generación blandita”?
Cuando hablamos de generación blandita lo hacemos de un grupo de niños y niñas inseguros. Niños que han recibido por parte de su familia, durante su infancia, un exceso de protección. Lo que se conoce como sobreprotección. Seguro que tu madre bien te lo decía con estas frases: ¡déjale que llore! ¡se tiene que caer, es un niño! ¡también puede jugar solo, así desarrolla su imaginación!…
Podríamos seguir con la lista de frases de las “abuelas”, y es que, efectivamente, existe una tendencia clara a sobreproteger a nuestros pequeños y nuestra actividad diaria confirma la aparición de este fenómeno. Piénsalo ¿le llevas la mochila a tu hijo o hija hasta la misma puerta del colegio? ¿Le resuelves algunos deberes porque piensas que son difíciles para tu pequeño? ¿Vas corriendo a levantarle cuando se cae en el parque? ¿Eres de los que piensa que piensan que, si premian a sus compañeros en clase, tu hijo se puede sentir menospreciado? ¿Le premias cuando soluciona un problema que él mismo ha causado?
Lo siento, pero estás incitando a tu pequeño a que sea parte en el futuro de esa “generación blandita”, y como consecuencia tu pequeño o pequeña será poco resolutivo, a tener miedos y a poseer una escasa capacidad de afrontamiento ante problemas. Les estamos evitando distintos sufrimientos y eso está impidiendo el desarrollo de importantísimas habilidades para su futuro.
¿Sois vosotros de esos padres que incitan a que sus hijos entren en esa “generación blandita”?
Hemos hecho un resumen de las características comunes que tienen esos padres que sin intención alguna están sobreprotegiendo a sus hijos. Si te sientes identificado o identificada con alguna de ellas, ¡acéptalo! Pero no te quedes con los brazos cruzados, hay que ponerle solución y has llegado al lugar adecuado para ello.
- Estás mostrando un grado de afecto y comunicación, pero un bajo nivel de exigencias a tus hijos.
- Ves a tu hijo o a tu hija como pequeño, débil e indefenso. Por tanto, tiendes a protegerlos para evitarles cualquier situación incómoda.
- Tienes poca tolerancia al sufrimiento de tus pequeños. Sientes angustia, ansiedad y culpa cuando tus pequeños experimentan emociones negativas.
- Resuelves y actúas en lugar de tus hijos. Le realizas algunas tareas del cole, les das de comer y evitas que duerman fuera de casa o vayan de excursión.
- Te adelantas a los deseos y necesidades de tu pequeño. Por ejemplo, le haces el desayuno, le ofreces agua antes de que la pidan…
¿No crees que todas estas situaciones también son malas para los padres? Realmente esta forma de educar y actuar también tiene consecuencias para los papás, ya que pueden sentirse desbordados y agobiados por la necesidad de tener a sus hijos siempre controlados y felices.
¿Qué consecuencias tienen estas distintas situaciones en tus pequeños?
En general hablamos de educar a niños inseguros, dependientes y poco eficaces ante problemas que se presentan. Este exceso de protección por parte de sus padres les está afectando de la siguiente manera:
- Tienen un concepto de sí mismos muy deficiente. Es decir, piensan que por ellos mismos no pueden superar ciertas barreras.
- Estos niños no experimentan las consecuencias de sus actos. Por ejemplo, si no hacen los deberes hay un castigo. Como los deberes los hacen los padres, no hay consecuencias.
- Tienen miedo a la autonomía. Es decir, no se valen por sí mismos, necesitan de otra persona para tener seguridad.
- Los niños de esta generación carecen de iniciativa propia. Siempre se les ha dado una pauta clara para todo.
- Estos niños tienen un escaso interés y preocupación por los demás. Sienten que son el centro del universo y se acostumbran a centrarse solo en sus propios deseos y necesidades.
¿Te suena algo de esto? Quizá no por ti, sino por algún amigo o familiar. Es una pena, pero, mientras que los niños sean pequeños hay solución.
Claves para evitar que los niños formen parte de la generación blandita
¿Qué edad tienen tus hijos? Quizá estés pensando que ya es tarde para reeducar a tus pequeños. Pero, te equivocas. Incluso teniendo 12 años o más, podrías ayudar a que tus hijos no formen parte de esta generación. Aquí van algunos consejos:
- Fomenta la autonomía de tus pequeños: Debes favorecer la exploración y la relación del niño con otras personas. Incluso, debes incluirle en la realización de actividades del hogar como, por ejemplo, guardar los juguetes, alimentar a las mascotas, aspirar las alfombras…
- Anima a tus pequeños a enfrentarse a nuevas situaciones: Deben sentirse orgullosos de todos los intentos que realizan, aunque no lo consigan a la primera. Evidentemente a veces necesitarán ayuda, pero ayudar no es solucionar. Por ejemplo, apuntarse a una actividad extraescolar, aunque no se consideren buenos para ello, conocer a nuevos amigos…
- Prestar ayuda solo y exclusivamente cuando sea imprescindible: Es decir, no debemos adelantarnos a las necesidades de los pequeños. El niño debe enfrentarse a los problemas y resolverlos solo. Mientras que los padres solucionen los problemas, los niños no podrán desarrollar estrategias propias.