Para muchos niños el verano es sinónimo de diversión, el premio de haber tenido un año repleto de esfuerzos y donde las notas han resultado de lo más satisfactorias. Esto hace que muchos peques no tengan que estudiar en todo el verano, aunque no está de más hacer que repasen todo lo que han dado durante el curso para que no se les olvide.
En el caso de los niños que hayan suspendido una o más asignaturas el verano puede ser sinónimo de academia, clases particulares o de que se les impongan tareas para que vayan aprendiendo poco a poco las cosas en las que más suelen fallar, para que cuando llegue septiembre tengan todo bien claro.
Hay que recordar que ayudarles con sus deberes no quiere decir que seamos nosotros quienes se los vayamos a hacer sino que somos los encargados de crearles un entorno tranquilo y atractivo que permita que nuestros hijos puedan hacer las tareas de una forma más cómoda.
Tips para ayudar a nuestros hijos con los deberes
Como suele suceder en los estudiantes de ESO o la universidad, a la hora de estudiar se debe estar en un espacio tranquilo, donde poder hacer los deberes sin que nada les pueda entretener.
Por ello, la habitación en la que vayan a estudiar no debe haber televisión, ordenador ni ninguna otra cosa que pueda captar su atención. Además, para que no les resulte demasiado pesado el estudio se pueden hacer pequeñas pausas cada quince minutos aproximadamente.
No debemos obligarles a estar mucho tiempo estudiando, el verano también es para divertirse, por tanto hay que dosificar las tareas. El mejor momento para el estudio durante el verano es por las mañanas dado que cuando se levantan lo hacen con mucha más energía que cuando llega la tarde.
Además por la mañana es el momento del día en el que menos calor hace, por lo que estarán más cómodos estudiando y lo mejor de todo es que les quedará toda la tarde para disfrutarla.
La forma de hacer los deberes, o el repaso de las materias que tienen que estudiar, debe tener una curva de dificultad, es decir, se comenzará con lo que le resulta más sencillo de asimilar e ir poco a poco aumentando la dificultad.
Para finalizar, como padres debemos estar en la misma estancia, procurando controlarles para que hagan sus tareas y ayudarles a comprender las dudas o problemas que tengan al hacer sus deberes.