Que los niños puedan tener de vez en cuando alguna pataleta es de lo más normal del mundo. La cosa cambia cuando son hijos agresivos, sobre todo cuando tienen 3 o 4 años. En este caso no hay que etiquetarlos como que sean malos sino que hay que saber por qué actúan así.
Cómo ayudar a los hijos agresivos
Hay que conocer cuáles son sus necesidades y ayudarle en todo momento. De esta forma se podrá saber si ese comportamiento está originado por el comportamiento de un adulto o no.
El hecho de que se quiera pegar a su hermano o a otros niños todo el tiempo puede ser preocupante. Hay que preguntarse sobre el por qué de esa forma de actuar. Incluso si hay algún problema emocional escondido para que actúen de esa forma.
A pesar de ello, los pediatras recomiendan no preocuparse demasiado. Por norma general, la mayoría de los hijos agresivos dejan de ser agresivos cuando comienzan a hablar mejor y comienzan preescolar.
Lo que se puede hacer es ir relajando ese comportamiento con juegos o incluso adoptando una mascota. De esta forma, los niños aprenderán cómo son otros seres además de las personas. Aprenderán a que deben ser tratados con el máximo respeto.
No permitir que pegue a otros niños
En el hipotético caso de que nuestro hijo golpee a alguien y estemos presentes, hay que tomar cartas en el asunto. Hay que alejar al niño de la zona y dejarle claro que no hay que golpear a los niños. No se puede hacer daño a nadie.
Hay que dialogar con él y hacerle entender la importancia de no ser malo con los demás. Nunca hay que hacerlo delante de los demás, lo que hablemos debe ser entre ellos y la mama o el papá. Si lo hacemos delante de los demás, el niño se sentirá avergonzado y se enfadará más.
En caso de que los niños tengan más edad, nunca es mala idea inscribirlos en artes marciales. De esta forma aprenderán a canalizar su energía negativa y aprenderán respeto y disciplina. Siempre es una buena idea la práctica de este o cualquier otro deporte. La liberación de endorfinas le resultará algo muy positivo dado que induce a un estado de tranquilidad.
En el caso de que se intente dialogar y no funcione ni tampoco lo del deporte, se puede pedir ayuda a un pediatra. Los profesionales de la salud nos ayudarán a solucionar este tema que hay que tratar cuando son pequeños.