El uso del chupete por parte del bebé está muy extendido en todo el mundo y aunque desde siempre ha parecido que todo lo que aporta son beneficios, también hay puntos en contra. ¿Debemos darle el chupete a nuestro bebé o no? En este artículo repasamos los pros y los contras de su utilización.
Antes de comenzar hay que dejar claro que desde la Asociación Española de Pediatría confirman que no es un elemento malo ni contraproducente para un bebé, pero recomiendan no abusar de su uso.
Asimismo queremos recordar que para que el chupete sea lo más seguro posible, éste debe cumplir con las estrictas normas que se fijan desde la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR), la cual exige que el chupete debe estar fabricado en un material plástico, contar con bordes redondeados, debe contar con una anilla para sacarlo de la boca del bebé y la tetina no debe ser superior a 3,3 centímetros.
Características del uso del chupete
En las unidades neonatales de los hospitales en relación con los procedimientos dolosos, confirman que si no existe la posibilidad de que el niño mame, se debe ofrecer como método analgésico no farmacológico la succión de un chupete.
Para evitar efectos adversos del uso del chupete, los expertos recomiendan limitar su utilización hasta el año de vida, incluyendo las edades de máximo riesgo del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante.
Si se permite el uso del chupete más allá del año recomendado, es a partir de los tres o cuatro años cuando se pueden notar los cambios a nivel dental y esquelético como por ejemplo la aparición de lo que se conoce como mordida abierta. Esto es que cuando se cierra la boca queda una separación entre los dientes superiores e inferiores.
Hay que recordar que cuando el bebé succiona el chupete, la tetina se apoya directamente sobre el paladar, algo que puede provocar la falta de desarrollo del hueso maxilar a lo ancho, lo que con el paso del tiempo podría generar una asimetría facial.
En cuanto a los dientes, los inferiores pueden llegar a posicionarse hacia adentro y los superiores hacia afuera, provocando lo que popularmente se conocen como “dientes de conejo”.
Los profesionales de la salud deben ser los encargados de proporcionar a todos los padres la información equilibrada sobre cuáles son todos los pros y los contras del uso del chupete por parte del bebé, aunque los responsables en último término sean los padres.