Hay padres que, casi sin darse cuenta, empiezan a sospechar que su hijo ve el mundo con una intensidad diferente. A veces ocurre porque el pequeño parece absorber cada detalle que le rodea con una atención casi hipnótica, otras, porque reacciona antes que los demás, observa más, o muestra una curiosidad que desborda lo esperable para su edad. Aunque durante mucho tiempo se creyó que hablar de “altas capacidades” tenía sentido únicamente a partir de la etapa escolar, hoy sabemos que algunos indicios pueden apreciarse incluso antes de que el niño pronuncie sus primeras palabras. Continuar leyendo









