Se acaban las clases y comienza un verano lleno de diversión y largos día de descanso para muchos niños, sobre todo para los que han aprobado todas sus asignaturas. En este caso hay una tradición que aunque tiene mucho tiempo, sigue muy presente y no es otra que la de hacerles un regalo si las notas han sido buenas, pero… ¿es una buena idea?
Los expertos coinciden en que los premios materiales no son la mejor forma de reconocer su trabajo de todo el año, porque el objetivo no es ese sino de enseñarles mediante la educación a que deben trabajar y que les hará más felices que conseguir lo que quieran sin demasiado esfuerzo.
Pros y contras de premiar a los niños por sus notas
Premiar a los niños tiene varios puntos en contra y uno de ellos es que es el pequeño o pequeña quien tiene que entender que el estudio es su responsabilidad de cara al futuro. Además, los regalos pueden incluso llegar a ser contraproducentes dado que los niños pueden asumir una concepción errónea de que los padres siempre le premiarán algo que hace bien, lo que hará que cada vez sean más y mejores los detalles.
Prometerle que se le va a dar un regalo puede ser bastante peligroso porque en caso de que suspenda, lo único que haremos es aumentar su sensación de fracaso, algo que no hay que hacerle asumir a los niños.
Otro punto en contra es que los niños pueden interpretar los regalos como algo obligatorio al final del curso o de cada trimestre y lo querrán igual hayan aprobado con un suficiente como si lo han hecho con un sobresaliente.
Pero no todo van a ser puntos negativos, tener un detalle con los niños cuando han aprobado todo el curso es importante, porque sabrán que con el esfuerzo se pueden conseguir muchas cosas, pero no deben ser siempre cosas materiales como una bicicleta, videoconsola, un móvil, una equipación de fútbol, etc.
Una estupenda opción es irse de excursión toda la familia durante un largo fin de semana y desconectar por completo del día a día o incluso hacer una pequeña escapada a un parque de atracciones, visitar a familiares, etc.
Tampoco podemos dejar de lado los premios afectivos, un abrazo puede llenar incluso más que un regalo físico. Que el niño se sienta querido y que sus padres demuestren estar orgullosos de él, es algo que valorará en su justa medida, algo que refuerza su personalidad y también los lazos familiares.