Porqué no obligar a los niños a comer

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La alimentación puede ser un hándicap al que muchos padres y madres tienen que enfrentarse en su día a día. Sabemos que a todos los niños no les gustan los mismos alimentos y buscamos para ellos una alimentación sana y equilibrada.

Cuando aparecen problemas y el niño no quiere comer algo, lo más recomendable es no obligarle a hacerlo porque pueden aparecer otros problemas y tanto pediatras como nutricionistas coinciden en que forzarles a comer puede acarrear efectos bastante negativos.

Consecuencias de obligar a los niños a comer

Por mucho esfuerzo que nos cueste que nuestros hijos coman un poco de todo como verduras, frutas, pescado, carne, cereales, etc., cuando hay algo que no les gusta no podemos obligarles a comerlo y entre las causas podemos destacar:

  • Si el niño es pequeño y no tiene uso de razón, se sentirá confundido cuando los padres le obliguen a comer. El pequeño solo espera cariño y protección de los padres y cuando le fuerzan a hacer algo que no le gusta, se crea una sensación de desconcierto muy incómoda para él.
  • Obligarles a comer les hace sufrir, sean bebés o niños pequeños y lo que harán será temer el momento de la comida, comerán menos, a desganas e incluso puede que hasta se sientan defraudados con los padres por obligarle a comer.
  • Si le obligamos a comer determinado alimento y el niño muestra su rechazo continuamente, hará que rechace ese alimento en el futuro. Lo mejor es probar a hacérselo puré, acompañarlo de otros alimentos o camuflarlo entre ellos, nunca hay que forzar al niño.
  • Para que el pequeño no se angustie y tenga miedo a la hora de comer, jamás hay que gritarle, amenazarle y mucho menos meterle a la fuerza la comida en la boca. Además de poder provocarles el vómito, recordarán ese momento y se cerrarán en banda a comer ese alimento que se les obligó a comer.
  • Un error muy común es chantajear a los niños con el postre o jugar después de comer si se comen un alimento que no les gusta. Según los expertos, no es aconsejable en su educación que se hagan esta clase de “trucos”.

Estos son tan solo algunos de los resultados que se obtienen cuando se obliga a los niños a comer algo cuando no quieren. Lo mejor es armarse de paciencia y en caso de negarse en rotundo a comer determinado alimento, no forzarle y consultarlo con un nutricionista para que aconseje la mejor alternativa.