La alimentación equilibrada es una de las responsabilidades que tenemos con nuestros hijos para evitar la obesidad infantil. Es importante acostumbrarles desde pequeños a la comida sana y no comenzar a edades tempranas a ofrecerles comidas calóricas como fritos y embutidos, porque estaremos contribuyendo a su aumento de peso y con ello poniendo en peligro su salud.
Según la Organización Mundial de la Salud, la obesidad infantil ha ido en aumento en los últimos años, haciendo que crezca el riesgo de sufrir problemas de salud como la aparición de la diabetes o problemas cardíacos que pueden derivar en complicaciones médicas.
Por eso es tan importante controlar al máximo tanto la comida como el ejercicio físico, para así poder permitir que los peques se desarrollen correctamente y no tengan que sufrir riesgos de salud o la mofa de los compañeros de clase, entre otros factores.
Causas de la obesidad infantil
Aunque la obesidad infantil puede ser originada por diversos problemas genéticos o de salud, lo cierto es que gran parte de los niños que están obesos es por su deficiente alimentación y también por el sedentarismo.
Apostar más por las verduras y pescados que las grasas y productos procesados es apostar por su salud. Con la ayuda de un nutricionista se podrán preparar dietas divertidas y originales que no tendrán problema en comer, por lo que lo de la excusa de que son niños que “comen muy mal” no es válida, si se quiere se puede.
Además debemos evitar que se pasen largos periodos de tiempo viendo la televisión, jugando con la videoconsola o con el ordenador, debemos incentivarles para que salgan y hagan ejercicio.
Hacer una hora de ejercicio físico al día y una alimentación equilibrada es, en muchas ocasiones, una estupenda forma de mantener a raya la obesidad infantil. Por ello es tan importante que hagan deporte en el colegio, que participen en actividades fuera de casa con niños de su edad o simplemente pasear al perro dos o tres veces al día durante media hora cada vez.
Estos pequeños gestos contribuyen a que el niño o la niña estén más activos físicamente, lo que beneficia a su salud, permitiéndoles crecer y desarrollarse como el resto de niños de su edad.
Recuerda, está en tu mano hacer que tus hijos tengan más salud y es algo en lo que todo papá o mamá debemos involucrarnos, participar con ellos en actividades, salir con ellos, jugar, comer como ellos… a la larga lo agradecerás y lo agradecerán.