Cuando se tienen dos hijos, es común que cuando son pequeños riñan e incluso lleguen a pegarse. Esto es algo a lo que deberíamos poner freno y por ello vamos a darte algunos consejos. La violencia no debe ser nunca tolerada, algo que hay que enseñarles desde que son pequeños. Debemos ser pacientes y procurar que nunca perdamos los nervios, algo que nos ayudará a solventar la situación.
Estrategias para evitar que los hijos se peguen
Si hablamos de las estrategias que podemos poner en marcha podemos poner en marcha unas cuantas bastante útiles. En este caso, no hay que hacerles caso si se pelean por tonterías. Los niños suelen pegarse y gritarse entre ellos.
Si intentamos mediar, lo que conseguiremos será que usen eso para llamar la atención y conseguir tu favor. De esta forma intentarán quedar por encima de su hermano, demostrándole «quién manda».
Debemos observar y si no existe un daño físico real, no hay que intervenir. Los niños deben aprender a solucionar sus problemas y resolver los conflictos que tienen de una manera civilizada.
Cuando esto suceda hay que dejarles su espacio para que peleen, pero sin molestar y siempre supervisándoles. Asimismo, también podemos decirles que se vayan a su habitación y que no salgan hasta que hayan solucionado su problema.
Lo que no se debe hacer es jugar al juego de la culpa. Cuando dos niños se pegan entre sí, es normal que uno le eche la culpa al otro e intenten derivar su responsabilidad. Nunca hay que caer en su juego porque entonces intentarán hacerlo siempre.
No hay que preguntar quién empezó o quién tiene la culpa, porque ambos «serán inocentes y no habrán hecho nada». En caso de que los dos se peguen entre sí, tienen que asumir las consecuencias. No importa, en cualquier caso el papel de la mamá o el papá debe ser conciliador. Lo que hay que hacer es ayudarles a resolver sus problemas poco a poco.
Otra alternativa es enseñarles a discutir siempre de forma pacífica, incluso cuando son muy pequeños. Lo que hay que hacer es hablar con los hijos acerca de lo negativo que es que los hijos se peguen entre sí. Además, es necesario que entiendan que la violencia no es manera de resolver ninguna clase de problema.
Ante estas situaciones debemos ser muy pacientes y ayudarles en todo momento. No es un proceso que se solucione de un día para otro, pero con tesón se consigue tarde o temprano.