La presentación de su comida

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La alimentación en los niños es algo muy importante que hay que tener siempre presente. Darles una alimentación equilibrada debe ser nuestro objetivo como progenitores. A veces esto no es tarea fácil porque no a todos los niños les gustan todas las comidas. Por eso, podemos hacer uso del truco de la presentación de comida divertida.

Que a los niños les pongamos en el plato unas figuras o formas divertidas les resultará muy original. Ello les predispone a comerse la comida y no a dejarla como puede suceder en muchas ocasiones. En este artículo te vamos a dar unas cuantas ideas para que mejores la presentación de sus platos.

Comida divertida para los niños

Una de las mejores formas que tienen de comer verdura es haciéndoles un puré. Pero resulta demasiado soso si se lo ponemos tal cual. Siempre podemos apostar por echarle un chorrito de nata y hacer una cara sonriente. En lugar de nata también se puede poner zanahoria, trocitos de pan crujiente, etc. ¡Haz la prueba y verás cómo funciona!

Jugar con los colores en la comida será algo también muy recomendable. A los niños les encantan las cosas coloridas, o al menos les llaman la atención. Posiblemente no se resistan a probar cosas de tonos diferentes. Amarillo, naranja, blanco, verde…. mezcla los colores y prepárales un plato lleno de color, y vitaminas.

Si has preparado un filete de pescado a la plancha, puedes hacer que parezca un auténtico pescado. Puedes ponerle unas láminas de calabacín para darle forma de escamas, unos trocitos de zanahoria para los ojos… en tu imaginación está el límite. Seguro que podrás preparar un pescado completamente original y diferente para la comida o cena de tu peque.

En el caso del postre, si es fruta, nunca está de más hacer una macedonia especial. Con las diferentes frutas y colores, se puede preparar un paisaje en su plato. De esta forma se le puede presentar algo diferente, como una cara, un coche, etc. Esto hará que no dude en comerse la fruta mientras juega.

Otro truco para que coman es hacer que se sientan integrados en la mesa. Si les ponemos un vaso como el que utilizamos las mamás y los papás para comer, se sentirán como nosotros. Esto hará que también intenten imitarnos incluso comiendo.

Como ves, se trata de pequeños trucos muy sencillos, pero a la vez muy efectivos. Con ellos se consigue que los niños aprendan que la comida no es mala y que hay que comer un poco de todo.