La salud visual de nuestros hijos es uno de los objetivos que debemos tener muy presente en todo momento. Es recomendable llevarles a la revisión al menos una vez al año. Primero para prevenir, pero también para corregir cualquier patología que pudieran tener. Los expertos coinciden en que uno de cada cuatro niños tiene algún problema de visión. Por eso es tan importante detectar cualquier patología a tiempo. De esta forma se puede tratar y corregir antes de que ésta vaya a más.
¿Qué problemas de salud visual pueden tener los niños?
Hay que insistir en la gran importancia que tiene la prevención y también el hacer la revisión oftalmológica. Los oftalmólogos nos declaran que lo más común es el ojo vago. También se destaca el estrabismo, astigmatismo y la hipermetropía.
Muchos de esos problemas de visión empiezan cuando comienzan en el colegio, cuando comienzan a leer y escribir. Por eso, hay que estar muy atentos y atentas a los síntomas que pueden llegar a tener. Es recomendable fijarnos en sus ojos, por si los cierra mucho, se rasca, etc.
Síntomas de que puede tener un problema de visión
Si ya sabe leer y le notamos que su comprensión lectora es menor que la de los niños de su edad, puede ser una señal. También puede ser otra señal la de que se frote los ojos. Si tras estar un ratito mirando los libros o la libreta necesita parar, puede que pase algo.
En casa es otro de los lugares donde podemos ver si tienen alguna clase de problema de visión. Si se muestran muy sensibles a la luz, si ven borroso o les duele la cabeza, puede ser una señal. Que tengan problemas para enfocar la mirada o que tropiecen con los objetos que hay en casa.
Si se acerca demasiado un libro para leer o demasiado a la tele para verla mejor. El dolor de cabeza o cerrar los ojos para intentar enfocar también son otros síntomas. Todo esto hay que tenerlo muy en cuenta y ponerse manos a la obra.
Cuando detectemos alguno de estos síntomas, el niño nos está enviando una señal. No hay que jugar con la salud visual y menos la de los peques. Lo más sensato es pedir cita al oftalmólogo y explicarle los síntomas. Una vez en sus manos, nos aseguraremos si tienen o no problemas de visión, pero lo importante es llevarlos de manera periódica a revisarles la vista.