Como madres y padres queremos dar siempre lo mejor a nuestros hijos, aunque no siempre se puede. Hay veces en las que tenemos que decirles que no, pero no porque no se quiera, es por una sencilla razón. Se deben poner límites, tanto en la infancia como en la adolescencia.
El NO, es necesario con los hijos
Obviamente, cada familia educa a sus hijos de la manera que mejor consideren, pero a veces decir no es bueno. El no, es adecuado para el funcionamiento familiar, social y afectivo también. Las normas deben ser lógicas, pensadas y consensuadas en familia.
Además se deben establecer cuanto antes, de esta forma los hijos las tendrán claras desde pequeños. Las normas no deben ser férreas y si hay flexibilidad en ellas, mucho mejor. Todo dependerá del momento, de la situación en la que está la familia, la edad del hijo, etc.
Los expertos coinciden en que la sobreprotección puede llegar a dificultar el establecimiento de unos límites. En ocasiones se imponen unas normas que no son del todo claras y al final no se llega a cumplir nada.
La sobreprotección puede ser un problema
Además, el hecho de proteger sin medida a los hijos es perjudicial para su propio desarrollo. Si no se hace otra cosa que protegerlos puede haber problemas de conducta cuando son adolescentes. Entones esos problemas son más difíciles de tratar que cuando son mucho más jóvenes.
Por otro lado, nunca hay que sentirse mal cuando le damos un no a nuestro hijo. Ninguna mamá o papá queremos que a nuestros peques les pase nada, pero a veces hay que decirlo. A veces a los niños les da rabia, se ponen tristes o incluso se enfadan, algo que nos duele, pero sabemos que es por su bien.
Aunque ellos no lo sepan, la aparición de emociones negativas es tan importante como las positivas. Los niños deben aprender en todo momento de todo lo que les suceda. Deben vivir todas y cada una de las emociones y si con ello pueden controlar su rabia, será mucho mejor para ellos, sobre todo de cara al futuro.
Como progenitores, debemos saber cuándo decir no y cuando decir si. No se pueden decir las cosas de manera aleatoria porque no sería lógico. Siempre hay que tener en cuenta que cualquier no, podrá ser de ayuda para ellos, porque podrán enfrentarse a muchas dificultades en su desarrollo como personas.
Y tú… ¿eres de las que dice muchos noes a tus hijos?