Tal como confirman los especialistas en pediatría, las fórmulas lácteas están consideradas como la mejor alternativa a la leche materna. El objetivo que deben cumplir es contar con los nutrientes que el bebé necesite y no vale una marca cualquiera. Por eso, desde la Asociación Española de Pediatría recomiendan elegir la más adecuada.
Para ello hay que consultar con el pediatra, quien tendrá en cuenta diferentes factores. La edad del bebé, sus necesidades nutricionales, etc. Ello le permitirá asesorarnos sobre qué fórmulas lácteas son las más aconsejables para nuestro pequeño.
Lo que debes saber sobre las fórmulas lácteas
A la hora de elegir las fórmulas lácteas hay que buscar aquellas que nos haya referenciado el pediatra. Si no es así, podemos pedir consejo a la farmacéutica o a un especialista. Si no podemos pedir asesoramiento ni a uno ni a otro, no hay que perder la calma.
En el mercado existen marcas consolidadas que llevan mucho tiempo y tienen productos excelentes. Solo hay que ir al pasillo de la tienda donde se encuentren, buscar y comparar. No hay muchas marcas punteras, es entre ellas las que debemos comparar. Eso sí, un consejo, es la salud de tu bebé, bien merece gastarse unos céntimos de más.
A la hora de prepararla siempre hay que seguir los pasos que nos marca el fabricante. A pesar de ello también hay otras pautas que deberíamos tener en cuenta, sobre todo a la hora de prepararla.
Es de vital importancia que lavemos a conciencia el biberón. Debemos esterilizarlo entero, tanto la tetina, como la rosca, el tapón, etc. Para ello lo más lógico es hervir agua durante 20 minutos. Pero también hay que tener presente lavarse las manos con agua y jabón y trabajar en una zona completamente limpia.
Se recomienda utilizar agua embotellada
Para la elaboración de las fórmulas lácteas se recomienda utilizar agua embotellada. Con ello nos aseguraremos proporcionarle agua de calidad. De no ser así, debemos calentar el agua a 70 grados antes de incorporar la fórmula láctea.
Asimismo hay que seguir las recomendaciones del fabricante en cuanto a las cantidades. No debemos echar demasiado porque podríamos provocar molestias estomacales al bebé. Si echamos muy poco, no estaremos proporcionándole los nutrientes necesarios.
Si vamos a hacerlo pensando en conservarlo, debemos recordar que no es conveniente conservarlo más de 24 horas. De hacerlo en este límite de tiempo hay que mantener el biberón en la nevera para que no se estropee.