Los padres buscan constantemente formas de educar a sus hijos que no siempre son las mejores. Es normal que a veces se caiga en la desesperación y queramos castigar a los niños por todo, sin embargo, acorde a la psicología el castigo no siempre es el mejor método para corregir a los pequeños. Aunado a esto existen una serie de errores que los padres suelen cometer, que lejos de mejorar la situación y aprovecharla para fomentarles un aprendizaje empeoran la mala conducta en los niños.
Qué no se debe hacer al castigar a los niños
Primero que nada debes tener en cuenta que para educar a los pequeños el castigo sólo es válido si se hace de manera puntual. Si por lo contrario se convierte en algo habitual deja de tener un efecto correctivo en los niños. Dicho esto a continuación te mencionamos cuáles son los errores que más se comenten al castigar a los niños:
1. Decir lo que está mal pero no lo que está bien
En muchas ocasiones castigamos al niño y le hacemos notar lo que ha hecho mal, esto no tiene nada de malo, el problema viene cuando no le aclaramos lo que tiene que hacer, lo que es correcto. Esto puede llegar a confundirlo e incluso desmotivarlo.
2. Castigos por largos periodos de tiempo
Este error es más común de lo que imaginamos. Cuando los pequeños pasan mucho tiempo castigados, no les estamos dando la oportunidad de comportarse mejor, así pierden el interés por cambiar su comportamiento. ¿Para qué me esfuerzo si de todas formas estoy castigado?
3. No aplicar las consecuencias de forma inmediata
Si dejamos pasar mucho tiempo antes de aplicar las correcciones, los niños no entenderán que estas son el resultado de sus malas acciones. Incluso puede que se les olvide el motivo por el que han sido castigados.
4. Castigarlo con todo lo que le gusta
Si le castigamos todo lo que le gusta, al momento en que queramos reforzar una acción positiva no tendremos con qué hacerlo. Si se porta bien ¿como compensaremos esas buenas acciones?
5. Castigos que no van acorde a sus acciones
Las consecuencias de sus acciones deben ir precisamente acorde a dicha acción. Por ejemplo si un niño reprueba un examen, de nada sirve castigarlo prohibiendole jugar al baloncesto. La idea es lograr que estudie sin quitarle una actividad que le gusta y que es positiva para él como lo es el deporte.
Alternativas para no castigar a los niños
También existen otros métodos para educar sin la necesidad de tener que castigar a los niños. Entre ellos uno de lo más recomendables es el del «refuerzo positivo». Esto quiere decir que cuando el niño realice una buena acción, debemos elogiarle por ello. Claro es no quiere decir que cada vez que haga algo bueno hay que comprarle algo o dejarle comer chucherías. Recuerda que lo mejor que pueden recibir a cambio es la atención de sus padres, hacerles notar qué es lo que nos gusta que hagan y que se sientan felices y apreciados por ello. De esta forma lo más probable es que intenten repetir esa buena acción en diferentes situaciones.
Otros de los métodos más recomendados por los expertos para corregir a los pequeños es el de extinción. Este procedimiento parte de la idea de que toda acción negativa persiste a lo largo del tiempo, porque está siendo reforzada o premiada de alguna manera. Por lo tanto se deben establecer ciertas acciones para evitar que aparezcan esos reforzadores negativos cuando hay malas conductas.
Para entenderlo de mejor manera te plantearemos los siguientes ejemplos: si un niño dice malas palabras, y nos reímos estamos reforzando esa acción, o si patalea y a cambio le damos una chuchería para calmarlo, es como si estuviéramos premiandolo. Dentro del método de extinción se deben evitar este tipo de reacciones por nuestra parte y en su lugar dejar de atender al niño cada vez que patalea, por ejemplo.
Todo se basa en ciertas acciones que a pesar de parecer duras en un principio, han demostrado su efectividad, reduciendo las conductas a las que las aplicamos de forma consistente. Es un método que no brinda resultados de la noche a la mañana, pero que sin duda es efectivo a lo largo del tiempo.