Los niños a veces pueden ser impredecibles y reaccionan a determinadas situaciones de formas que no precisamente son las mejores. Cuando un niño pega constantemente, esta acción va más allá de un simple enfado, se trata de un pequeño que está pasando por una situación emocional compleja. Si este es tu caso, y quieres ayudar a corregir este comportamiento en tu hijo, te decimos cómo manejar esta problemática de la mejor manera posible. Recuerda que para todo hay un solución, solo es cuestión de compresión y mucho cariño por parte de los seres queridos del pequeño. Te explicamos por qué.
Razones por las cuales un niño pega
Cuando el niño pega puede deberse a diferentes razones, pero entre las más comunes es que se siente asustado y triste. Por muy pequeño que pueda ser el problema, si siente que nadie lo apoya, no le queda otro remedio más que ponerse a la defensiva. Siente que todo el mundo quiere hacerle daño.
Otro motivo por el cual los pequeños pegan, es que suelen tener muy poca tolerancia hacia la frustración. Un ejemplo sencillo: cuando el niño está armando una torre con fichas y de repente se le cae, su poca tolerancia puede hacer que reaccione de forma agresiva y ahí es cuando pega a los demás.
Al crecer, los niños se empiezan a dar cuenta que no todo gira entorno a ellos, y deben comenzar a entender que las otras personas también tienen necesidades. Este proceso ya de por sí es complejo, ahora si le sumamos que el niño no puede comunicarse como un adulto, le cuesta decir sus sentimientos y no sabe cómo expresar si se siente triste, enfadado, inseguro… es de esperarse que su forma inmediata de reaccionar sea la agresión física.
¡Pero no te preocupes! este tipo de sensaciones son normales en muchos niños. Por supuesto se pueden modificar y así lograr que dejen esos malos hábitos atrás.
3 de los errores más comunes cuando se intenta corregir a un niño que pega
Si llevas a cabo las siguientes acciones para tratar de corregir el comportamiento de tu hijo, a partir de ahora debes evitarlas a toda costa. Ya que de lo contrario solo empeorar la situación emocional de tu hijo (y la tuya también).
- Regañarlo a gritos. Evitar gritarle es de suma importancia, ya que si lo haces lo único que sentirá el niño es mucho más frustración de la que ya siente. Tienes que actuar tranquilamente y con paciencia, para calmarlo.
- Pegarle. No olvidemos que se educa con el ejemplo. Si le pegas solo se creará un círculo vicioso de ira y rabia alrededor de él. En esos momentos ¡es cuando más necesita de tu cariño! Agresividad con agresividad, nunca lleva a nada bueno.
- No darle importancia. Dejar pasar una situación en la que el niño pegue es un gran error. Lo primero que debes hacer es corregirlo, ponerle un límite. Así mismo, el niño necesita ayuda para expresar sus sentimientos, e ignorarlo solo aumentará esas sensaciones de incomprensión, frustración, tristeza o enfado.
¿Cómo actuar de la manera correcta cuando el niño pega?
Para solucionar situaciones en que el pequeño empieza a agredir a las personas que se encuentran a su alrededor, existen una serie de pasos a seguir. Acciones firmes, pero llenas de comprensión para que el niño entienda lo que está pasando y poco a poco vaya corrigiendo su mal comportamiento. ¡Toma nota!
- Aleja al niño del conflicto. Cuando veas que el niño pega, retira al pequeño de donde se encuentre para hablar con él a solas, en un ambiente más tranquilo y relajado.
- Actúa con firmeza. Esto no quiere decir que pierdas los nervios y lo regañes enfadado o enfadada. Lo más importante es estar sereno e ir directo al grano, mirándolo directamente a los ojos.
- Valida sus sentimientos. Explícale que le entiendes, que estar enfadado es un sentimiento normal, que incluso tú también te enfadas, pero que la solución no está en pegar a la otra persona.
- Ofrece una solución. Entiendo el enfado, pero si en lugar de pegar ¿comparten sus juguetes?
- Hazle sentir tu cariño. Dale una abrazo. No hay mejor forma de luchar contra el enfado, que hacerle ver que lo quieres a través de cariño y comprensión.
- Haz que repare el daño causado. Para finalizar pídele a tu pequeño que pida perdón al otro niño. También involúcralo con otro tipo de acciones, como darle un tirita al otro pequeño o lavarle con agua.