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¿Cómo y cuándo empezar a darle alimentación sólida a nuestro bebé?

Durante los primeros 6 meses de vida, lo más recomendable, siempre que se pueda, es que nuestro bebé se alimente a base de leche materna. Si por imposibilidad de dar el pecho debemos recurrir a leches de Farmacia, no hay por qué preocuparse, hoy en día las leches de lactante de Farmacia son absolutamente impecables, y le proporcionarán los mejores nutrientes que nuestros bebés necesitan.
Pero llegado el momento de que nuestro bebé empiece a probar otros alimentos, surgen las dudas y preguntas. Son los pediatras quienes indicarán cómo y cuándo podemos empezar a ofrecerle otros alimentos distintos de la leche. Veamos cuáles son las principales recomendaciones y por dónde empezar.

Qué alimentos proporcionarle al bebé en su primera fase de alimentación sólida

Una vez que nuestro bebé ha cumplido los 6 meses de vida ¿por dónde tenemos que empezar? Nuestro pediatra nos dará las indicaciones básicas para que la alimentación sólida se haga de forma paulatina, ya que al principio puede ser complicado que nuestro bebé se vaya acostumbrando a los nuevos sabores y vaya adquiriendo los que serán en el futuro unos buenos hábitos alimenticios.
En sus primeras etapas de alimentación sólida, podemos empezar a darle purés de verduras suaves, consistentes en patatas y zanahorias en un principio, para ver cómo va tolerando estos nuevos alimentos. También podemos darle purés de cereales y purés de frutas, sobre todo los de manzana, plátano y pera, a los que gradualmente podremos añadir naranja y galletas, para darle más consistencia a nuestro puré de frutas.

Algunos consejos para empezar

Aunque parezca un poco extraño y nada apetecible, muchos pediatras recomiendan, que si el bebé está tomando leche en biberón, conviene, en las primeras tomas, prepararle la leche con el caldo de verduras del puré que vamos a prepararle, para que vaya acostumbrándose al sabor de las verduras. Puede que al principio lo rechace porque le parece raro, pero con el paso del tiempo, este truco funciona y es una buena forma de acostumbrar a nuestro bebé al sabor de las verduras.

Para ofrecerle al bebé su primera comida sólida, lo recomendable es escoger un horario, mañana tarde o noche, y sustituir el pecho o el biberón de leche por una primera comida sólida. Muchas madres optan por la merienda, para darles una papilla de cereales a los bebés, también elaborada con leche, y de esta forma no variar mucho su dieta base en el primer momento.
Gradualmente, iremos introduciendo la papilla de frutas y la papilla de verduras, en horas distintas, a la hora de la merienda y a la hora de la comida, dejando siempre la leche materna o de biberón para la hora de la cena, y de esta manera habremos completado el ciclo del desayuno, comida, merienda y cena, con dos tomas de leche en desayuno y cena.

Cuando el bebé haya cumplido 7 meses, ya podemos darle postres suaves, tipo flanes o yogures sin trozos, que pueden reemplazar a las papillas de frutas en algunas meriendas. También podemos ir incorporando a su puré de verduras habitual, algunas verduras de hoja verde como las espinacas y las acelgas, dejando de momento otras verduras más fuertes como el puerro para más adelante.

Las carnes, aves, pescados y el arroz

A partir de los 7 meses, conviene ir incorporando a la dieta del bebé carnes rojas, blancas, y aves, mezcladas y bien trituradas con los purés de verduras. Las carnes le aportarán proteínas para el crecimiento, y siempre deben estar perfectamente cocidas, o pasadas por la plancha, para luego desmenuzarlas e incorporarlas al batido de puré. La misma operación haremos con los pescados, siempre blancos y suaves al principio, y ya podremos ir combinando purés en cenas y comidas con los diferentes ingredientes de carnes, aves y pescados.
A esta edad también podemos introducir otros cereales como la polenta y la sémola, y podemos empezar a introducir un poco de arroz en su dieta, previamente triturado a conciencia, porque el bebé no podrá aún comer grano entero.

Los huevos, los chocolates y los cítricos

A partir de los 8 meses, nuestro bebé puede empezar a probar el huevo. Este alimento, junto con el chocolate, es uno de los que más alergias alimentarias puede provocar, especialmente si hay casos de alergias alimentarias en la familia. Conviene darle estos dos alimentos antes de que cumpla el año de edad, y con precaución. Le podemos batir la yema de huevo en tortillas, y antes del año de edad, el huevo entero, y comprobar que no le provoca alergias. Lo mismo podemos hacer con el chocolate, ofreciéndoselo disuelto en alguna papilla de cereales, y de forma gradual.

Es muy importante incluir cítricos en la dieta de nuestro bebé, también antes del año, tanto mezclados en papillas de frutas como en zumos naturales. Ya sabemos que los cítricos son ricos en vitamina C y antioxidantes, y proporcionan un rápido crecimiento, además de favorecer la absorción de hierro y sales minerales, imprescindibles para la buena salud del bebé.

Muchos pediatras desaconsejan la introducción de la miel natural en los niños antes del año, incluso antes de que cumplan los 10, ya que la miel fresca puede transmitir botulismo, una enfermedad del sistema nervioso. Otros alimentos no son recomendables porque son duros de digerir y de masticar y no se disuelven bien en la boca: maíz, caramelos duros o frutos secos, no son recomendables hasta que el niño haya cumplido por lo menos 3 años de edad, y tenga dientes para masticar.

Trucos y consejos para la alimentación sólida de nuestro bebé

  • No excedernos en la temperatura de los purés, que deberán estar templados o tibios, y tomárnoslo con mucha paciencia, porque al principio le costará acostumbrarse a los nuevos sabores.
  • Si mientras le damos puré al bebé, queremos que se entretenga, podemos ofrecerle picos de pan o rosquillas. Ojo con la miga, es mejor vaciar el pan de miga para evitar que se atragante.
  • No es necesario agregar sal en las comidas, puesto que nuestro bebé no está acostumbrado a los sabores salados, y tampoco resulta saludable al principio. Bastará con la sal que le aportan los diferentes alimentos.
  • Lo más recomendable es que, como hacemos los adultos, los bebés consuman una bebida con su comida. Lo mejor es que tomen agua y nada de zumos de fruta artificiales, que tienen mucha azúcar, y pueden quitarles el apetito.