El tiempo de hacer los deberes es uno de los momentos del día que menos gustan a muchos niños, pero esta situación puede revertirse si se establecen unas buenas rutinas desde el primer momento. Acompañar a los niños durante este tiempo trae consigo un refuerzo muy positivo para ellos que genera una gran motivación, porque se les reconoce un esfuerzo y poco a poco se crean unas pautas que les permitirán continuar haciendo sus tareas de estudio de una forma normal.
¿Qué ocurre cuando no quieren hacer los deberes? ¿Cómo podemos hacer que los hagan? Esas preguntas se las hacen muchos padres y madres hoy en día y desde este blog vamos a darte unos cuantos consejos para que esto no sea ni un quebradero de cabeza para vosotros ni un problema para los pequeños.
Hay que comenzar estableciendo un sitio apropiado para hacer los deberes, un lugar donde el niño o la niña se sienta cómodo, como por ejemplo su habitación, donde pueda tener todo lo necesario para hacer sus tareas, por lo que el escritorio es indispensable.
Lo mismo que sucede con el lugar, hay que establecer un momento del día para los deberes, preferiblemente siempre a la misma hora, con lo que el niño se concienciará que llegada esa hora tiene una responsabilidad. Pero no debe ser a última hora del día sino a media tarde, porque tendrá el incentivo de que después podrá jugar un poco o ver la tele antes de cenar, lo que le motivará más aún.
Una vez establecidos los horarios, deben cumplirse y no deben saltarse en ningún momento. Para asegurarnos, podemos estar con los niños durante la tarea, ayudándoles en lo que estén haciendo, se sentirán más cómodos y estudiarán mejor, pero nunca hay que decirles que se les recompensará por estudiar, porque pueden intentar hacerlo todas las tareas rápidamente y no es el objetivo sino que se busca que lo consideren algo normal.
Si tienen problemas para entender algo, hay que armarse de paciencia y explicárselo cuantas veces sea necesario, incluso podemos poner ejemplos con cosas relacionadas con la familia o la casa para que entienda el concepto.
Para finalizar, es conveniente repasar los deberes junto a ellos y cuando comprobemos que han hecho las cosas correctamente y que el esfuerzo ha merecido la pena se sentirán bien. Si les acostumbramos desde pequeños, no tendremos problema en que sigan manteniendo las rutinas cuando son más mayores.