Una muestra de cariño de madre a bebé es el arrullo, algo muy común y que todas hemos hecho. Arrullar al bebé proporciona muchos beneficios para nuestro retoño, ¿lo sabías? No es solo una muestra de cariño sino que aporta muchas cosas positivas.
Por ejemplo, el bebé se siente mucho más seguro cuando es arrullado y su sueño mejora notablemente. ¿Quieres conocer qué más beneficios aporta este sencillo gesto? Te invitamos a que sigas leyendo y lo descubras.
Arullar al bebé tiene sus beneficios
La seguridad y un mejor sueño son una excelente carta de presentación con este gesto. Esto es algo de gran importancia durante los primeros meses de vida del bebé. Por ello, es un aspecto que debemos tener muy en cuenta desde el primer momento.
Los expertos revelan que cuando nacen, los bebés sienten cierto sentimiento de vacío. Esto se debe a que sienten que hay mucho espacio de su alrededor. Esto, sumado a que ha pasado 9 meses en un espacio muy pequeño, hace que se sienta inseguro.
Arrullar al bebé le resultará algo muy reconfortante, sobre todo si se hace piel con piel. La seguridad que sentirá el retoño será mucho mayor y es lo que se aconseja hacer siempre que se tenga la oportunidad de ello.
Resultados de las investigaciones sobre arrullar al bebé
Sobre este tema se han llegado a hacer bastantes investigaciones, con resultados sorprendentes. Una de ellas demuestra que el hecho de arrullar al bebé hace que tenga un sueño mucho más profundo. Con ello también se consigue reducir el llanto y se alivia de una manera más rápida.
Es muy importante comenzar a arrullar al bebé ya desde recién nacido, aunque no hay que alargarlo demasiado. Es importante ir limitando los arrullos a medida que van creciendo. Sobre todo porque van necesitando más libertad de movimiento.
Para arrullarlo correctamente se puede utilizar una manta que no sea demasiado gruesa. Siempre dependiendo de la temperatura que haga, pero mejor fina para que haya facilidad de movimientos. Hay que coger al bebé de manera muy suave pero firmemente para que podamos transmitirle la seguridad que necesita.
Colocaremos la manta sobre una superficie blanda como el sofá o la cama. Tumbaremos al pequeñoen medio dejando su cabecita fuera de la manta y lo envolveremos con cuidado. Podemos dejar sus bracitos libres o dentro de la manta, sin apretar demasiado. De esta forma podremos arrullarle cómodamente para que se sienta mucho mejor.
¿Conocías los beneficios de algo tan sencillo?