El amor y el cariño que creamos dentro de la familia es algo muy importante para todos. Los niños necesitan amor y cariño en cualquier momento, algo que les influye muy positivamente en su vida. Es algo que no debe faltar en cualquier casa, sobre todo si se tienen peques. En este artículo te explicaremos por qué y cuáles son algunas de sus ventajas.
El amor, indispensable en la familia
Según diferentes investigaciones, es algo que tendrá un gran impacto en la vida adulta de tus hijos. Los expertos coinciden en que una casa repleta de amor es indispensable para los niños. No hay que evitar que en cualquier momento les mostremos signos de cariño. Incluso decir un «te quiero», algo que no se suele decir con mucha frecuencia.
Hay que creer en el amor y hacer que la familia lo tenga, pero también que lo muestre. Una familia en la que sea protagonista, es una familia más feliz. Es algo que hay que tener presente en el día a día. Los niños necesitan crecer en un ambiente que les proporcione seguridad y les dé confianza. Esto es algo que solo con el cariño se puede llegar a conseguir.
Se han hecho muchos estudios acerca de este tema y todos son muy positivos. Se demuestra que la muestra de amor y cariño tendrá un impacto en el bienestar emocional de los niños. También influirá en su salud en general así como en el desarrollo de su cerebro.
Los beneficios de la oxitocina
Otro punto importante es que esta sensación genera oxitocina, la hormona que mejora la felicidad. Los niños que crecen teniendo altos niveles de oxitocina serán personas confiadas y podrán comunicarse de manera más fácil que aquellos que no han tenido altos niveles de esta hormona.
¿A quién no le gusta sentir amor y cariño? A todo el mundo. Por eso es tan importante que no solo lo recibamos todos los miembros de la familia sino que también lo demos. El día a día será mucho más llevadero y no solamente será positivo para los niños. Esto hará que la familia se estreche más y haya un vínculo mucho más especial entre todos.
Sabemos que el amor que damos las mamás y los papás a nuestros hijos es incondicional. Aunque nos gustaría estar con ellos en todo momento, nuestras obligaciones laborales y de la vida nos lo impiden. Por eso, cuando tengamos la oportunidad, no hay que dudar en darles todo nuestro cariño.