Los niños acaban de comenzar de nuevo el colegio, momento de alegría para muchos y de tristeza para otros, aunque tarde o temprano todos acaban acostumbrándose. Uno de los grandes problemas a los que todos están expuestos es al bullying o acoso escolar.
Aunque hoy en día se ha comenzado a tener una mayor concienciación y control sobre esta lacra, puede pasar en cualquier centro de estudios y tener la mala suerte de que le toque a nuestro hijo o a nuestra hija.
¿Cómo detectar si nuestro hijo sufre bullying?
Desafortunadamente, en muchas ocasiones los padres y madres somos los últimos en enterarnos, sobre todo porque una de las reacciones más comunes de quienes sufren bullying es no contarlo a nadie y quedárselo para sí mismos.
Podemos darnos cuenta de ello si cambia su forma de ser, especialmente si siempre ha sido un niño o niña alegre y de repente están apáticos o tienen mal humor, es un claro indicio de que hay algo que les preocupa.
Asimismo podemos ver si están tristes, lloran sin motivo aparente, se muestran introvertidos, no tienen ganas de hacer cosas divertidas, no quieren ir a clase, tienen su material escolar deteriorado o incluso peor, presentan magulladuras.
¿Cómo ayudar a nuestros hijos en estos casos?
Crear un ambiente relajado y tratar el tema con calma ayudará a que nuestro hijo nos cuente las cosas con total confianza. No debemos gritarles y mucho menos hacerles sentirles culpables. Es muy importante hacer que se sientan comprendidos y protegidos en todo momento.
También debemos decirle a nuestro hijo que no se enfrente a ellos, que los evite y que busque protección en otros compañeros o en el profesorado. Es muy importante hacerle saber que no está solo y que esa situación pasará pronto.
Por otro lado, hay que poner el caso en conocimiento del profesorado, especialmente de su tutor, pero también con el director y jefe de estudios. Debemos explicarles el caso, comentar cómo se siente el niño y pedirles la colaboración para solucionar el tema tomando las medidas que tengan preparadas para casos como estos.
No podemos olvidarnos de que esta clase de temas hay que tratarlos cuanto antes y ponernos en marcha rápidamente para que el problema no vaya a más y se convierta en algo más delicado. Si se soluciona a tiempo habrá quedado todo atrás rápidamente, si la cosa se extiende, incluso se podría llegar a tener que contar con la ayuda de un especialista.