En ocasiones, los niños tienen problemas de conducta antes de dormir. A veces se niegan a hacerlo porque quieren ver la tele o seguir jugando, por ejemplo. Que lo hagan unas veces no debería ser problema, pero cuando es una rutina, la cosa cambia. En este artículo queremos compartir contigo algunos consejos sobre lo que se puede hacer en este caso.
¿Qué hacer para que los niños se vayan a dormir?
Es muy importante establecer unas normas para irse a dormir y éstas no pueden ser quebrantadas. Hay que acostumbrar a los niños a que se vayan preparando, a cepillarse los dientes y apagarlas luces. De esta forma les costará mucho menos irse todos los días a la cama.
Muchos expertos están de acuerdo, hay hábitos que no deben permitírseles antes de acostarse. Uno de ellos es el uso de pantallas antes de dormir, como ordenadores, smartphones, tablets, etc. La razón es porque esto puede llegar a interferir con su ciclo de sueño.
Durante su momento de juego o diversión, se les puede permitir ver la tele. Lo que se aconseja es que no vean contenidos de corte violento o triste. Esto puede alterar al niño, producirle estrés, les pone tensos y ayudar a que duerma mal. No ayuda para nada en su descanso, lo que juega en contra de ellos.
Puede parecer absurdo, pero las rutinas que permitan relajarles son de gran ayuda. Si son pequeños se les puede contar un cuento, algo que les encantará. Si ya tienen cierta edad, serán ellos los que podrán leer. Algo tan sencillo como la lectura, induce al sueño y les permite hacer volar su imaginación.
Siempre hay que mostrarles nuestro apoyo
En caso de que el niño reconozca que tiene problemas para dormir, es importante mostrarles nuestro apoyo. Hay que hacerle saber que se va a resolver el problema con nuestra ayuda. Puede que el niño tenga problemas para calmarse y estresarse. En esa situación es cuando el niño necesita más nuestro apoyo para que se sienta seguro.
Nunca hay que mostrarnos enfadadas o enfadados ante una situación como estas. La intención es ayudarle, no ponerle más nervioso ni agobiarle en ningún momento. Poco a poco, cuando el niño se vaya acostumbrando, su comportamiento irá cambiando.
Cuando se vayan produciendo logros, como mamás y papás podemos premiar su buen comportamiento. Con su esfuerzo y el nuestro se conseguirá que los niños tengan un mejor comportamiento antes de acostarse.