La salud en los niños es algo que a todas las mamás o papás nos preocupa mucho. El físico también es algo importante en lo que nos fijamos mucho, por si pudiera haber algún problema. Dentro de los posibles problemas se encuentra el pie plano.
¿Qué es el pie plano?
Se trata de una forma común de pie. Cuando una persona se pone de pie, el arco desaparece y parece que está completamente plano. Dentro de esta afección hay tres clases de pie plano diferentes:
- Pie plano flexible. Es el más común entre los niños que tienen pie plano. No es doloroso ni causa ninguna clase de discapacidad así como no requiere tratamiento. Mejora solo con el paso del tiempo, por lo que no requiere tratamiento.
- Pie plano flexible con tendón de Aquiles corto. Es algo muy raro en los niños pequeños y afecta a ambos pies. Causa dolor y también discapacidad.
- Pie plano rígido. Es el menos común de los que hay y se muestra en personas con problemas en los huesos de los pies. Una de cada cuatro personas que tiene esta afección tiene dolor y discapacidad. Normalmente, en un 50%, el pie plano rígido afecta a ambos pies.
En un principio no debería ser un problema si nuestro hijo tiene pies planos. Por lo general no suelen dar problemas en el desarrollo de su vida y no siempre necesitan tratamiento para hacer una vida completamente normal.
Si con el paso de los años no mejoran pueden provocar diferentes patologías, que deben ser tratadas. Dolor en ambas extremidades inferiores y problemas de huesos, articulaciones, músculos y tejidos conectivos.
Hay que destacar que gran parte de los niños que tienen pie plano no cuentan con síntomas. A pesar de ello podremos darnos cuenta de si tienen esta afección o no de una forma muy sencilla.
Pueden mostrar dolor, sensibilidad o incluso calambres en los pies y en las piernas. Los talones se inclinan hacia el exterior, existen molestias al caminar y cambios en la forma de hacerlo.
Para finalizar, no hay que dejar de tener presente que los pies planos pueden ser tratados en caso de que no mejoren con el tiempo. Habrá que llevar al peque de forma periódica para poder realizar un tratamiento adecuado a su afección. En este caso, se trata del podólogo, profesional que cuenta con la formación necesaria para tratar este problema.