La obesidad infantil es una patología que ha aumentado en los últimos años. Por eso son cada vez más las acciones contra ella deben comenzar desde casa. La obesidad significa tener demasiada grasa corporal, algo que no hay que confundir con el sobrepeso. En este caso, el sobrepeso puede ser demasiado músculo, agua o hueso extra así como demasiada grasa.
Causas de la obesidad infantil
Al igual que sucede con el resto de personas, el exceso de calorías es lo que hace que los niños engorden. Cuando éstos ingieren más alimento del que el cuerpo necesita se produce el aumento de peso. Las calorías extra se almacenan en los adipocitos para ser utilizadas más adelante. Si se sigue con esa tendencia, se crean más adipocitos y por consiguiente aumento de peso.
Por norma general, tanto bebés como niños pequeños responden correctamente a las señales del cuerpo. Esta señal es la misma que deberíamos tener todo el mundo, es decir, una vez saciados, dejar de comer.
El problema radica con las tendencias actuales y las alternativas alimenticias de hoy en día. El sedentarismo y pasar muchas horas delante de la videoconsola o el ordenador son un peligro. Ello, sumado a la alimentación industrial hace que la obesidad infantil sea una constante en crecimiento.
La comida precocinada y la bollería industrial son un peligro. Cierto es que es muy cómodo preparar algo rápido cuando no se tiene mucho tiempo. Esto, un día no es problema, pero tomarlo como una costumbre puede empeorar la salud de nuestros hijos.
¿Qué hacer para evitar la obesidad infantil?
Para evitar la obesidad infantil debemos comenzar desde el hogar. Hay que hacer un poco más pequeñas las porciones de su comida. Un truco puede ser ponerle un poco menos en un plato más pequeño. De esta forma la apariencia visual es de más comida, cuando es realmente todo lo contrario.
Se debe apostar por los productos saludables como verduras y frutas sobre todo. En este caso hay que intentar elegir una buena variedad de productos de cada grupo de alimentos. De esta forma se llevará una dieta más equilibrada.
También hay que ir retirando progresivamente determinados productos de su alimentación. Debemos reducir al máximo los refrescos y bebidas con gas, snacks, bollería industrial, dulces, etc.
Hay que ponerles una tiempo máximo para estar frente a la videoconsola o el ordenador. Hay que animarles a realizar deporte o salir con ellos a hacer alguna actividad. De esta forma estaremos contribuyendo poco a poco a evitar que nuestros peques engorden.