Normas para los niños: ¿cómo establecerlas?

Los niños necesitan normas, horarios y rutinas para su correcto desarrollo y es tarea fundamental de los padres establecerlas. Sin embargo, sabemos que esto no siempre es fácil y que, en muchas ocasiones, cuando establecemos rutinas y normas y queremos que se cumplan, nos enfrentamos a los temidos berrinches de nuestros hijos. Para evitar estas situaciones que tan poco nos gustan a los padres, hay una serie de pasos con los que podemos conseguir que nuestros hijos acepten mejor las normas y las cumplan de buena gana.

Hacerles partícipes de las normas

Lo primero que debemos tener en cuenta es que, cuando los niños se sienten partícipes de las decisiones, siempre colaborarán más. Una de las maneras en las que podemos hacerles partícipes de las normas que establecemos es sentándonos con ellos un rato durante el fin de semana, por ejemplo, y hacer una agenda con los horarios, rutinas o normas que deben cumplir. De este modo, podremos ir pactando con ellos aquellas actividades y horarios que deberán realizar a diario.

Otro detalle que debemos tener muy en cuenta, en este punto, es que podemos hacer esta agenda de modo creativo. Así, se van a implicar mucho más. Podemos, por ejemplo, coger una cartulina y marcar todos los días de la semana en ellas y dividirla en horas. Luego, podemos pedirles a los niños que vayan añadiendo las tareas y horarios que deben seguir. Pueden hacerlo con rotuladores de colores, stickers, etc. Lo que sea que fomente su creatividad. De este modo, no solo pasamos un buen momento con ellos, sino que estamos fomentando su creatividad a la vez que ellos van interiorizando, mediante una actividad divertida, aquellas rutinas que deben hacer a diario.

Explicarles siempre el por qué de una norma o rutina

Si queremos que los niños atiendan a las normas de la familia y a sus obligaciones, deben entenderlas. Los niños siempre van a involucrarse más cuando entienden el por qué se les piden las cosas. Así, en el momento en el que estemos confeccionando nuestra “agenda divertida de las tareas y normas”, podemos irles explicando el por qué deben hacer las cosas: por el buen funcionamiento de la familia, por su descanso y salud, etc. Es fundamental que los pequeños de la casa entiendan el por qué tienen “la obligación” de hacer algo que no les apetece.

Dar instrucciones simples, claras y concisas

Si queremos que los niños cumplan con las normas de la familia, es fundamental que las entiendan. Por ello, debemos ser claros y concisos a la hora de explicarles qué es lo que queremos que hagan. Del mismo modo, y en función de su edad, deberemos dar unas tareas o unas normas muy simples de entender. Por ejemplo, podemos poner en la agenda que deben ayudar en casa, pero esto deja mucho margen y los niños pueden no entender qué es lo que se espera de ellos. Sin embargo, si establecemos objetivos concretos, les será mucho más fácil: poner el lavaplatos o poner la mesa serían ejemplos de ello.

Motivarles: enfocarnos en el proceso y la consecución de sus logros

Motivar a los niños es otra de las maneras con las que vamos a conseguir que sigan las rutinas y las normas de la familia. Para ello, cada vez que los niños consigan hacer algo sin que debamos recordárselo, es importante que les mostremos lo orgullosos que estamos de ellos por haber hecho bien las cosas. Sin embargo, en este punto, es necesario destacar que, cuando no lo consiguen, no deberíamos usar el castigo, sino todo lo contrario: debemos decirles que entendemos que se les haya olvidado, pero que al día siguiente deben hacerlo porque, de otro modo, mamá no podrá descansar o leerles el cuento, ya que tendrá que hacer ella las cosas y no tiene mucho tiempo después del trabajo.

Darles responsabilidad de acuerdo con su edad

Si queremos que nuestros hijos cumplan con unas rutinas y con unas normas en la familia, debemos hacer que estas se adapten a su edad. Si buscamos rutinas más complicadas que las que les tocan por la edad, solo vamos a conseguir que los niños se sientan mal por no poder llevarlas a cabo. Y esto, al final, se traducirá en pocas ganas de volverlo a probar al día siguiente. Por este motivo, debemos buscar aquellas rutinas, tareas y normas que puedan cumplir de acuerdo con su edad.

Entender cómo se sienten y hacérselo saber

A todos los ha pasado que, a veces, no tenemos ganas de hacer las cosas. Y es normal. Pero, debemos comprender que, a nuestros hijos, les sucede lo mismo. Por ello, cuando se nieguen a hacer una tarea, lo importante es hablar con ellos y dejar que nos expliquen por qué no quieren hacerla. De este modo, nos darán pie a poderles explicar, después de haberles escuchado, por qué deben hacerlo, aunque no tengan ganas. Podemos darles ejemplos, como puede ser que papá y mamá tampoco tienen ganas de ir a trabajar cada día (porque preferirían estar todo el día con ellos), pero que es necesario para que la familia tenga dinero para hacer muchas cosas. Teniendo en cuenta que nosotros somos modelos que seguir para ellos, los niños se sentirán mucho mejor a la hora de hacer aquello que se les pide.

Tener paciencia y ser comprensivos: fundamental

Por último, es crucial ser pacientes y comprensivos con nuestros hijos. Debemos tener en cuenta que están desarrollando su potencial y que, durante este período, necesitan que les acompañemos en todo momento. Podemos pedirles que sigan normas, pero también debemos tener paciencia y evitar situaciones estresantes para ellos, como pueden ser los castigos, las discusiones, etc.

Establecer normas y rutinas en casa es algo esencial para el buen funcionamiento de la familia, pero también para que los niños se desarrollen adecuadamente. Sin embargo, saberlas establecer es fundamental para que ellos se sientan más a gusto con ellas y las sigan sin pasar por situaciones estresantes para la familia.