Una de nuestras misiones como madres y padres es la de cuidar y proteger a nuestros hijos. Conocerles y saber cuáles son sus temores nos ayudarán a hacer que pierdan el miedo. A pesar de ello, muchos padres dejan que los niños se enfrenten a los miedos ellos solos. El miedo no es malo, solo es una sensación a la que todos, tarde o temprano, tenemos que enfrentarnos. Cuando más lo sentimos es cuando somos niños o niñas, especialmente a cosas imaginarias.
No se puede decir cuándo aparecen y desaparecen los miedos. A veces el miedo a algo determinado solo dura en la etapa infantil. En otras ocasiones pueden llegar a durar toda la vida. Esto se debe a que nunca nos hemos enfrentado a ellos o no nos han ayudado cuando éramos niños.
¿Cuáles son los miedos más comunes de los niños?
Como niños, es normal que tengan miedo a muchas cosas. Su mente está en plena efervescencia y su imaginación es desbordante. No todo va a ser magia y esa imaginación a veces les juega malas pasadas. La oscuridad es uno de sus grandes temores. Lo cierto es que la oscuridad en sí no es lo que les da miedo sino lo que no pueden ver. Influenciados por monstruos imaginarios que pueden ver en la televisión, libros, etc. pueden imaginar lo que no debería haber.
Para ayudarles podemos quedarnos con ellos contándoles un cuento hasta que se duerman. Pero no debemos olvidarnos de dejarles una luz encendida para que puedan ver si se despiertan de madrugada. Para no gastar demasiada electricidad, se puede utilizar una lámpara LED de pilas, consume muy poco y dura muchísimo. Les ayudará.
Las tormentas son otro de sus miedos y a veces este puede durar hasta la adolescencia o incluso más tiempo. Cuando hay tormenta y son pequeños, lo mejor que podemos hacer es quedarnos junto a él o ella. Podemos contarle un cuento, jugar o ver una película que les guste desde la cama hasta que pase la tormenta.
Aunque pueda sonar raro, también pueden llegar a tener miedo a animales como los perros. La mejor forma de ayudarles ante este temor es que nos acerquemos primero y acariciemos al animal. De esta forma verán que no pasa nada.
Estos son tan solo algunos de los miedos infantiles. No podemos olvidarnos de las personas extrañas, los ruidos fuertes, algunas voces… Recuerda, estar con ellos y ayudarles a superar los miedos es muy importante.