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Los beneficios de la lactancia materna para el bebé

Seguramente, quienes van a ser madres primerizas o quienes ya lo son, saben que alimentar a sus bebés con leche materna aporta un gran número de beneficios para los bebés. Una inmensa mayoría de pediatras recomiendan, si es posible, la lactancia materna desde que son recién nacidos y, en principio, hasta los 6 meses de edad, aunque es muy beneficioso poder prolongarla. La leche materna no sólo aporta muchos nutrientes, sino que es muy beneficiosa para la salud de los pequeños. Veamos por qué

La leche materna y la edad del bebé

Muchas madres se preguntan hasta qué edad es recomendable ofrecerle leche materna al bebé, más allá de los primeros seis meses de vida. A partir de esa edad, los bebés ya empiezan a tomar algunos alimentos sólidos, por lo tanto las tomas de leche materna deben ir reduciéndose gradualmente, pero siempre que sea posible, es conveniente seguir alimentando al bebé con leche materna. Los alimentos sólidos proporcionan al bebé otras proteínas y nutrientes (hierro, vitaminas B y D) que no se pueden absorber a través de la leche materna, de ahí la necesidad de combinar ambos tipos de alimentación en la etapa en la que los bebés empiezan su alimentación sólida.

Entre los 9 y los 12 meses de edad lo más recomendable, según los pediatras, es que el bebé siga tomando unos 500 ml diarios de leche materna, siendo esta cantidad más que suficiente, ya que proporciona la mitad de las calorías diarias que el bebé necesita. En cualquier caso, la leche constituirá, al año y medio de vida del niño, un 29% de los nutrientes diarios necesarios en su alimentación.

Por otra parte, y según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se recomienda dar el pecho a los bebés, o bien ofrecerles leche materna por otros medios (sacaleches) durante sus dos primeros años de vida, ya que cuanto más se prolongue la lactancia materna más beneficios, presentes y futuros, obtendrán los bebés en lo que a su salud se refiere.

Beneficios de la lactancia materna: su sistema inmunológico

En líneas generales, la lactancia materna y su prolongación, procuran innumerables beneficios para la salud del bebé. Por esta razón es muy recomendable que, si las madres pueden seguir generando leche materna, se siga alimentando al niño con esta leche, porque protege del desarrollo de muchas enfermedades.

En concreto, la lactancia más prolongada, no sólo hasta los 6 meses de edad, sino más adelante, puede prevenir la aparición de cánceres infantiles (leucemia y linfomas). Además, es más que probable que se reduzcan, en el futuro, posibles enfermedades crónicas como la diabetes, la obesidad, y los problemas dentales y oculares.

Es bastante frecuente que los bebés tengan que acudir a médicos y hospitales a menudo. Sin embargo, según diversos estudios, los niños alimentados con leche materna acuden muchas menos veces al hospital, ya que es fundamental saber que la leche materna contiene anticuerpos generados por las infecciones que haya podido sufrir la madre en el pasado. Y estos anticuerpos se transmiten al bebé a través de la leche, y lo hacen más inmune y resistente a muchas de las infecciones más comunes.

De esta forma, las defensas del bebé son mucho mejores si toma leche materna, teniendo en cuenta que su sistema inmunológico no estará maduro hasta que haya cumplido dos años de edad. Sin embargo, la leche materna puede transmitir defensas para infecciones tales como la fiebre, las diarreas, vómitos, otitis, dolores de garganta y resfriados comunes. Especialmente beneficiosa es la toma de leche materna cuando los bebés empiezan a ir a la guardería y están en contacto con otros niños, porque el bebé será más propenso a los contagios, y sin embargo, gracias a la leche materna, será más inmune a los mismos.

Desarrollo visual y mental de los bebés

Según diversos estudios científicos de valor, los niños que son amamantados tienen un mayor cociente intelectual, unos 6 puntos más (algunos estudios hablan de 3 puntos más de CI). Esto es debido a que los ácidos grasos que contiene la leche materna son excelentes para el desarrollo neuronal y cerebral de los bebés. Los ácidos grasos también contribuyen a un mejor desarrollo visual de los niños.

Por otra parte, hay estudios que demuestran que la lactancia materna es capaz de prevenir problemas de comportamiento en los niños que ya tienen edad escolar, mejorando sensiblemente la salud mental no sólo en niños, sino también en adolescentes.

No hay que perder de vista otros beneficios de la lactancia, como por ejemplo que el contacto con la madre o la toma de leche materna tiene un incuestionable efecto relajante sobre los bebés. Está demostrado que los niños que toman leche materna lloran menos, y suelen mostrarse, en situaciones estresantes (vacunas, calor, frío o hambre, por ejemplo) menos alterados y nerviosos. Y esto es un efecto muy positivo a tener en cuenta.

Nuestros primeros pasos en la lactancia

En los primeros días de lactancia, lo normal es que estemos cansadas y, sobre todo nerviosas ante algo totalmente desconocido, como es dar el pecho. Lo más importante es, sin duda, dar prioridad a nuestro bebé y aprender a dar el pecho, estableciendo una buena conexión madre-hijo.

Desde el momento del nacimiento de nuestro bebé, la leche materna no es sólo su único y primer alimento durante sus primeros meses de vida, sino que además es una fuente de salud para el bebé, que le aporta muchos beneficios, tales como su correcto desarrollo visual y mental, la inmunidad a futuras enfermedades e infecciones, etc. No sólo lo alimentas, sino que le aportas muchos beneficios.
Sin embargo, la lactancia en el primer mes no es precisamente un camino de rosas, y debemos mentalizarnos desde el principio, porque surgirán ciertos problemas y obstáculos durante el primer mes.
Lo más recomendable es que busquemos ayuda de familiares y amigas que ya han pasado ese trance y que nos puedan dar consejos, pero sobre todo, es importante aprovechar nuestra estancia en el hospital para que las matronas nos ayuden y nos enseñen a dar nuestros primeros pasos en algo tan importante y necesario como la lactancia materna.