La silenciosa crisis de salud mental que afecta a los adolescentes españoles

Un reciente informe elaborado por Unicef España ha puesto de manifiesto una realidad preocupante sobre la salud mental de los adolescentes en nuestro país. El Barómetro de Opinión de la Infancia y la Adolescencia 2023-2024 revela que el 41,1% de los jóvenes entre 13 y 18 años afirma haber experimentado algún problema de salud mental durante el último año. Sin embargo, lo más alarmante no es solo la prevalencia de estos problemas, sino el hecho de que más de la mitad de quienes los padecen no buscan ayuda profesional.

El silencio como respuesta a los problemas emocionales

El estudio, basado en datos recogidos de 168 centros educativos y más de 4.700 adolescentes, destaca un fenómeno inquietante: el silencio como respuesta predominante ante las dificultades emocionales. Aproximadamente el 51,4% de los jóvenes que reconocen haber experimentado algún problema de salud mental no ha solicitado ayuda. Este dato refleja una barrera significativa en el acceso a recursos de apoyo emocional para este grupo de población.

Las principales razones por las que los adolescentes no buscan ayuda son preocupantes:

  • El 60% prefiere mantener sus problemas en secreto
  • Dos de cada tres no quieren que sus familiares o tutores se enteren de lo que les sucede
  • Muchos no saben a quién o dónde acudir cuando experimentan dificultades emocionales
  • Uno de cada tres adolescentes que ha sufrido algún problema no habla con nadie sobre ello

Esta tendencia al silencio y al ocultamiento puede agravar los problemas existentes y dificultar su resolución temprana, creando un círculo vicioso donde el malestar emocional se intensifica al no ser abordado adecuadamente.

Las redes de apoyo: ¿a quién acuden cuando piden ayuda?

Cuando los adolescentes deciden buscar apoyo, su red principal son los amigos, con un 73,6% que los señala como su primer recurso. En segundo lugar aparece la ayuda psicológica profesional, mencionada por el 60,8% de los encuestados. Este dato resulta esperanzador, pues indica que, a pesar de las barreras existentes, hay un reconocimiento del valor de la atención especializada.

Es importante destacar que, según el informe, las creencias negativas en torno a los problemas de salud mental no están muy extendidas entre los adolescentes. No obstante, persisten algunos prejuicios: un 16,2% cree que las personas de su clase con algún problema de salud mental no se comportan tan bien como el resto, mientras que a un 15% no le gustaría que hubiese un centro de salud mental en su calle. Estos porcentajes, aunque minoritarios, señalan la necesidad de continuar trabajando en la desestigmatización de los trastornos mentales.

Factores que influyen en el bienestar emocional

Los adolescentes demuestran tener clara conciencia sobre los determinantes de su salud mental. Según el estudio, identifican como factores clave para su bienestar:

  • El sueño, señalado por el 75% como elemento fundamental
  • El ejercicio físico, mencionado por el 62%
  • Una dieta equilibrada, destacada por el 51%
  • Mantener buenas relaciones con sus padres, considerado esencial por el 82,6%
  • Sentir el apoyo de las personas cercanas, valorado por el 82%

En cuanto a los factores negativos, el acoso escolar es percibido como uno de los más perjudiciales para la salud mental, especialmente entre las chicas. Este dato coincide con otras investigaciones que han documentado el profundo impacto que el bullying puede tener en el desarrollo emocional y psicológico de los adolescentes.

El papel de las redes sociales: ¿ayuda o amenaza?

El informe analiza también la influencia de las redes sociales en la salud mental adolescente, con resultados que matizan la visión predominantemente negativa que suele asociarse a estas plataformas. Según los datos recogidos, muchos jóvenes utilizan las redes como un recurso activo para su bienestar emocional: al 42% le resulta útil leer noticias sobre bienestar emocional en redes sociales, mientras que un 36,4% asegura haber encontrado recursos para su salud mental en estas plataformas.

Sin embargo, no todos los aspectos son positivos. Más de la mitad de los entrevistados percibe como muy o bastante peligrosas para la salud mental plataformas específicas:

  • Twitter/X: considerada peligrosa por el 56,3%
  • TikTok: vista como amenaza por el 55,4%
  • Instagram: percibida como riesgosa por el 52,1%

Esta dualidad refleja la complejidad de la relación entre los adolescentes y las redes sociales, que pueden funcionar simultáneamente como fuente de información y apoyo, pero también como origen de presiones y comparaciones sociales potencialmente dañinas.

El papel de los centros educativos: una oportunidad desaprovechada

Uno de los aspectos más relevantes destacados por los propios adolescentes que participaron en la presentación del informe es la necesidad de fortalecer la atención desde los centros educativos. Como señala José Ángel, un joven de 17 años del Grupo Asesor de Unicef España, los orientadores escolares están sobrecargados debido a la desproporcionada ratio entre estos profesionales y el número de estudiantes en los institutos.

Por su parte, Alae, de 16 años, resume la sensación generalizada entre muchos de sus compañeros: «Gran parte de los adolescentes sienten que están solos en sus luchas». Esta percepción de soledad se ve agravada por el hecho de que el bienestar emocional tampoco es un asunto que se trate con la suficiente profundidad desde los hogares, creando así un vacío en dos de los entornos más importantes para el desarrollo adolescente.

Los centros educativos, como espacios donde los jóvenes pasan gran parte de su tiempo, representan una oportunidad única para implementar programas de promoción de la salud mental y detección temprana de problemas. Sin embargo, la escasez de recursos y la falta de formación específica del profesorado en esta materia limitan su potencial como agentes de cambio en la salud mental juvenil.

Este informe de Unicef España subraya la urgente necesidad de una respuesta coordinada que involucre a familias, centros educativos, profesionales de la salud y responsables políticos para abordar eficazmente la creciente preocupación por el bienestar emocional de los adolescentes españoles. Solo a través de un enfoque integral que elimine barreras, reduzca estigmas y proporcione recursos accesibles podremos garantizar que los jóvenes reciban el apoyo que necesitan durante esta etapa crucial de su desarrollo.