Según un estudio, aquellos niños que sufren obesidad son más susceptibles a la tentación de la comida rápida. Así lo asegura un estudio realizado en Estados Unidos. Los niños obesos suelen comer esta clase de comida con más voracidad. Esto hace que tangan más problemas para compensar esta comida con un consumo moderado el resto del día.
La mala alimentación es la culpable de la obesidad
Son muchos los especialistas que coinciden en estos temas sobre los niños obesos y la alimentación. El aumento de la obesidad en los niños se debe a una mala alimentación. Es una tendencia muy actual el alimentar a los niños de una manera rápida con alimentos preparados.
Por otro lado hay otros niños que aunque coman de manera habitual comida rápida no tienen problemas de obesidad. Esto es lo que ha llamado la atención a muchos especialistas, quienes investigaron para conocer el motivo.
Se realizó un experimento con 26 niños obesos y otros 28 con talla normal. A éstos últimos se les permitió comer toda la comida rápida que quisieran en un restaurante. Estos niños escogieron menús grandes con refrescos azucarados con gas, pollo frito, patatas y bollería. Llegaron a consumir más de 2.100 calorías en una sola comida, en tan solo 20 minutos. Los niños obesos fueron los que más consumieron, ingiriendo el 67% de las calorías diarias que necesitaban. En esa comida, los niños de talla normal llegaron a consumir el 57%.
Los niños obesos son más propensos a comer más
Los investigadores continuaron la investigación estudiando lo que consumieron todos los niños durante el resto del día. Finalmente, los resultados indicaron que los días en los que los niños obesos comían en uno de estos restaurantes de comida rápida, llegaban a ingerir al menos 400 calorías más que cuando comían o cenaban en sus casas, mientras que los niños de talla normal, consumían las mismas calorías tanto si comían en su casa como en un restaurante de comida rápida.
Los resultados de esta investigación revelan lo que los expertos habían sospechado desde el principio. Los niños con obesidad son más propensos a atiborrarse de comida rápida. La razón es porque han perdido de alguna forma la habilidad de compensar la ingesta a lo largo del día.
Esto hace que se deban poner en marcha mecanismos de prevención que ayuden a que los niños recuperen esta habilidad. Lo mejor en estos casos es hacer dieta y ayudar a que los niños se interesen por hacer ejercicio físico para controlar su problema de obesidad.