La gripe no respeta ninguna temporada del año ni tampoco a los niños. Durante los meses de verano y cuando hace más calor, la gripe puede hacer acto de presencia. El problema es que no tiene los mismos síntomas que la gripe de invierno. Las causas de esta gripe pueden ser diversas, aunque se pueden reconocer fácilmente.
Causas de la gripe de verano
Los cambios bruscos de temperatura pueden ser unas de las causas de la gripe de verano en los niños. El uso excesivo del aire acondicionado, de día o de noche, puede ser otro de los detonantes de esta afección. Lo mismo pasa con el aire acondicionado del coche, por tanto hay que controlar mucho el uso de este dispositivo.
Uno de los síntomas por los que podremos reconocer la gripe de verano es la tos seca. Hay que recordar que se debe tener una correcta hidratación en las vías respiratorias. De no ser así, tanto bacterias como virus pueden instalarse más fácilmente.
Asimismo puede aparecer dolor de garganta acompañado de fiebre. También pueden sufrir pérdida del apetito y fatiga, por lo que hay que intentar ponerle freno cuanto antes.
¿Cómo prevenir y curar?
Dependiendo de las causas, los remedios y la prevención contra la gripe de verano pueden llegar a ser diferentes. Por ejemplo, estas vacaciones no hay que olvidarse de llevar en la maleta la ropa adecuada al tiempo. Ropa de verano, pero también aquella que pueda proteger a los niños de una tarde o noche de frío.
Como dijimos antes, es importante usar con cuidado el aire acondicionado. Ante ello se recomienda que los niños usen una prenda de abrigo para protegerse.
La hidratación es un aspecto muy importante, por ello hay que suministrarles agua en cantidad. De esta forma se facilitará su hidratación y podrán reponer sus sales minerales. Es algo que no debe pasarse por alto porque esto es de gran importancia.
También es aconsejable que coman, pero sin forzarles. Debe ser comida ligera, repleta de vitaminas e hidratos de carbono. En este caso hay que evitar las proteínas y las grasas.
Para finalizar, hay que decir que si se produce moco, éste debe ser expulsado. Si hay mucha cantidad o es muy denso, se puede utilizar una solución salina para disolver la mucosidad. Si el niño tiene dolor de cabeza, se debe aplicar un paño frío en la frente y presionar levemente la zona afectada.
Eso sí, nunca debemos olvidarnos que la mejor ayuda es la que puede proporcionarnos un médico, quein sabrá diagnosticar y preparar un tratamiento adecuado para ayudar al niño a curar su gripe de verano.