Si estás embarazada queremos recordarte la importancia que tiene proteger a tu futuro bebé de los ruidos demasiado altos. Los expertos confirman que desde las 16 semanas de gestación el feto es capaz de escuchar sonidos del exterior. ¿Sabías que la exposición del feto a ruidos de alto volumen puede resultarle perjudicial?
Por qué hay que evitar los ruidos si se está embarazada
Se han llevado a cabo muchos estudios acerca de la exposición del feto a los ruidos ambientales. Dentro de los problemas que conlleva una exposición continuada a altos volúmenes, podemos encontrar importantes patologías a tener en cuenta.
Entre ellas podemos destacar un menor peso al nacer o incluso problemas como pueden ser los partos prematuros entre otros. Además diferentes patrones de respuesta fetal a los ruidos pueden incluir también movimientos de extremidades o taquicardias.
Para ello suceda el sonido debe sobrepasar los 105 decibelios. A partir de estos volúmenes hay que tener mucho cuidado. Hay sonidos que pueden superar fácilmente los 120 decibelios. Es a partir de esta cantidad donde el oído puede entrar en el umbral del dolor.
Si estás embarazada debes saber que la música agrada a los peques, pero a cierto volumen. Mientras no sea demasiado alto, podrás disfrutarlo junto a él. La música muy alta no beneficiará al feto sino que se pueden crear problemas, por eso debes tener la música a un volumen comedido.
Debemos controlar el nivel de ruidos
La Organización Mundial de la Salud recomienda que no se someta al feto a más de 55 decibelios durante el día. Teniendo en cuenta que en ocasiones el tráfico de la calle puede producir 75 decibelios, debemos andar con mucho cuidado.
Otros estudios revelan que un decibelio de más sobre el nivel medio de ruido de una gran ciudad puede traer problemas. Puede aumentar hasta un 6,8% la probabilidad de un parto prematuro y de un 5,8% en caso de nacidos con bajo peso.
Hay que destacar que los sonidos que tengan más de 105 decibelios pueden llegar a provocar estrés al feto. El estrés afecta a su desarrollo, vertiendo cortisol en la sangre y pudiendo generar hipertensión, nada aconsejable para el futuro bebé.
Por todas estas causas es tan importante que controlemos los niveles de ruido en todo momento. Es necesario llevar el embarazo, siempre que se pueda, en ambientes relajados. De esta forma nos podremos olvidar de todas las patologías que reporta someter al feto a altos volúmenes de ruido.