Se acercan los meses más calurosos del año, y seguramente nos estemos planteando, si las circunstancias sanitarias lo permiten, pasar unos días fuera de casa. Para nuestro bebé será una nueva experiencia que incluye muchas “primeras veces”: la primera vez en contacto con la playa, baños en el río o en la piscina; su primer viaje largo; su primera vez en un entorno nuevo y desconocido. Los meses más calurosos del año requieren cuidados especiales con los bebés. Veamos cuáles.
Cuidado con los golpes de calor
Los golpes de calor en los meses de verano pueden ser una de las principales preocupaciones de muchos padres, por lo que debemos evitar que esto ocurra, manteniendo a nuestro bebé vestido con ropa fresca, con la cabeza protegida, y siempre hidratado. Un golpe de calor les puede provocar sueño, mareo, e incluso vómitos, pero es perfectamente evitable si sabemos tomar todas las medidas para evitarlo.
Es importante que no abriguemos al bebé en verano, que siempre le protejamos la cabecita con un gorro, que le demos más agua de lo habitual, y que le mojemos a menudo con compresas de agua fría.
Nuestro bebé sentirá los efectos del calor igual que lo hacemos nosotros, y es conveniente vestirlo con ropa ligera y de algodón, y tocarle, de vez en cuando, las manos o los pies, para poder constatar la temperatura corporal y saber si tiene frío. Si las manos están frías, el bebé tendrá algo de frío. Pero, en opinión de los expertos, no debemos abrigar al bebé en verano más de lo que lo hacemos nosotros.
Para notar si está pasando calor, es conveniente tocarles el cuello o la cabeza por si detectamos sudoración. En este caso, si notamos que suda, lo mejor es refrescarle con compresas mojadas en agua fría, al igual que nosotros nos refrescaríamos la cara si tuviéramos un golpe de calor.
Si los bebés sudan mucho y mojan la ropa, es conveniente que llevemos siempre un repuesto en su bolsa de bebé, y por las noches dormirá con un pijama de verano y tapado tan sólo con una sábana.
Evitar las horas más intensas de sol
Si vamos a dar un paseo con nuestro bebé, además de protegerle la cabeza, es aconsejable evitar las horas más intensas de sol, entre las 12.00h. y las 16.00h. de la tarde, y si salimos, hacerlo siempre buscando la sombra. Aunque es importante para el bebé tomar el sol, ya que aporta vitamina D, es mejor salir o bien por la mañana temprano, o bien al atardecer, cuando el calor aprieta menos, y la intensidad de las radiaciones solares va disminuyendo.
Además de una gorra con visera, es importante que llevemos una sombrilla en su cochecito.
La playa y las jornadas de baño en verano
Según los expertos, antes de los 6 meses no es conveniente viajar con nuestro bebé a la playa, o llevarle a la playa si vivimos en este tipo de entorno. El sol es intenso y la arena y el viento no resultan agradables para bebés tan pequeños, por lo que es mejor pasear con el bebé en su cochecito, protegidos del sol y con crema de protección solar.
Si ya es mayor de esta edad, puede empezar a disfrutar con nosotros de los beneficios del baño en la playa, o en cualquier lugar de baño veraniego, eso sí, por tiempo limitado, y con mucha protección solar.
La higiene del bebé en verano
En los meses de verano, el calor y la humedad hacen que los bebés suden con más frecuencia, y que puedan aparecer pequeñas lesiones e irritaciones en la piel, especialmente en sus pliegues cutáneos: ingles, cuello, etc.
Además de su baño diario con gel especial para bebés, y sus cremas hidratantes y polvos de talco habituales, será necesario que vigilemos las posibles irritaciones y escoceduras, y apliquemos pomada de forma local, o hidratemos más la piel del bebé en las zonas más afectadas.
La alimentación del bebé en verano
La alimentación del bebé será la misma que el resto del año, esto no debe variar. Tanto si toma leche materna como de biberón, o ya toma purés, es importante que beba la mayor cantidad de agua posible para mantenerle siempre hidratado. Es importante tener siempre un biberón de agua mineral a mano para que pueda beber constantemente. Al igual que los adultos, los bebés necesitaran beber mayor cantidad de líquido en los meses más calurosos del año.
La temperatura ideal
Mantener una temperatura adecuada en el lugar donde va a dormir nuestro bebé es imprescindible para su bienestar. Un buen truco, cuando llegan las horas más calurosas y con sol más intenso, es bajar la persiana y mantener la habitación en penumbra para que esté siempre fresca, ya que la temperatura no debería superar los 24ºC, aunque la ideal sería de unos dos grados menos. La habitación, además, debe estar bien ventilada. Es conveniente ventilar la habitación de nuestro bebé durante, al menos, una hora, y en las horas más frescas del día. Si optamos por dejar la ventana abierta en las horas del día en las que entra más frescor, es importante que utilicemos un mosquitero para evitar la entrada de insectos.
El aire acondicionado no es nocivo para el bebé, siempre y cuando se mantenga a unas temperaturas que ronden los 24º-25ºC, y que no sea directo. También podemos utilizar un ventilador para proporcionarle un plus de frescor a la habitación de nuestro bebé.
Cómo preparar un viaje
El bebé puede viajar a cualquier edad, y cualquier medio de transporte es apto, siempre que le mantengamos cómodo durante el trayecto. Si optamos por ir en coche, debemos ser conocedores de las normas de seguridad de la DGT para viajar con menores por carretera.
Es importante que hagamos paradas a menudo, aunque el viaje se haga más largo, ya que debemos tener en cuenta que tendremos que hacerle cambios de pañal, y cualquier cuidado de higiene necesario durante el viaje. También pararemos para alimentarle y que tome un poco el aire, con la frecuencia que el bebé necesite. Lo importante es hacer un trayecto relajado y seguro, en el que nuestro bebé se sienta cómodo y disfrute de esta novedad.