A todo el mundo nos gusta darnos un capricho de vez en cuando y a los niños también. Por eso, en este artículo queremos compartir con vosotros la receta de crema de chocolate. Es ideal para hacer postres o simplemente comer sobre una rebanada de pan de molde. Lo mejor de todo es que no tendrá ningún conservante como las cremas industriales.
Cómo se hace la crema de chocolate casera
Para su elaboración necesitarás los siguientes ingredientes:
- 125 gramos de chocolate 80%
- 1 taza de avellanas.
- 1/2 taza de azúcar.
- 2 cucharadas de cacao en polvo.
- 1/2 cucharadita de café de extracto de vainilla.
A las avellanas hay que quitarles la cáscara y ponerlas en un recipiente adaptado para el horno. Calentaremos el horno a 200 grados y las dejaremos ahí durante unos 8 minutos. Sacaremos el recipiente y lo dejaremos enfriar y mientras tanto seguiremos con el resto de la receta.
El siguiente paso es poner el chocolate a calentar para derretirlo por completo. Si no tenemos mucho tiempo lo podemos hacer en el microondas. Si hay tiempo, podemos aprovechar el calor residual que ha quedado en el horno y derretirlo al baño maría, lentamente. No hay que olvidarse de incorporar las dos cucharadas de cacao en polvo.
Una vez estén frías las avellanas hay que meterlas en la trituradora y reducirlas a una pasta similar a mantequilla de cacahuete. Posteriormente, añadiremos el chocolate que hemos fundido en el horno y lo mezclaremos. Después incorporaremos el azúcar y el extracto de vainilla, para lo que debemos mezclarlo bien durante un rato.
En este paso es importante hacerlo de manera manual, por lo que con unas varillas será lo más aconsejable. Debemos mezclarlo así hasta conseguir una pasta que sea homogénea, sin grumos y completamente cremosa.
Lo bueno es que será la propia mezcla la que nos indicará cuándo estará lista para comer. La textura debe ser ideal para untar, así de sencillo. Aunque no se debe comer caliente, habrá que esperar al menos hasta que esté a temperatura ambiente.
Antes de que se enfríe hay que guardarla en un bote de cristal bien limpio y seco y esperaremos a que enfríe sin taparlo. Una vez frío ya se puede guardar en la nevera y tener siempre disponible para comer en cualquier momento. Seguro que con esta receta conseguirás sorprender a los más peques de la casa. ¿Te animas a hacerla?