Cuando nuestro hijo viene al mundo, de repente, la Navidad recobra el sentido que había perdido tras los sinsabores de la vida. En estas fechas señaladas, las sillas vacías duelen más aún si cabe, las ausencias irreparables en la mesa merman notablemente nuestro espíritu Navideño, pero tras el nacimiento de un bebé, vuelve a apetecernos poner el árbol de Navidad y a ambientar y decorar la casa para estas fechas.
La ilusión nos inunda de nuevo y con ello el deseo de que nuestros hijos vivan con la misma intensidad la magia de Papá Noel y Los Reyes Magos con la que nosotros lo vivimos en su momento.
Pero el tiempo pasa igual de rápido que ellos crecen y llega el temido momento de decir la verdad. Llega el momento de mantener la conversación.
¿Cómo decirle a tu hijo que Papá Noel no existe – ni los Reyes Magos? Dura tarea por delante. No creo que exista persona en el mundo que no recuerde esa sensación de engaño, de tristeza y melancolía, de rabia, ganas de llorar… Ese sentimiento de que la magia se esfuma y no volverá.
No existe una edad adecuada para contarlo, el momento llegará según la madurez del niño/a en cuestión. Cuanto más madura sea su mentalidad, antes llegarán las preguntas, aunque puede que el momento se adelante si algún niño de mayor edad o más avanzado, decide contarlo antes en el colegio,
Si ese momento llega prematuramente, se puede fantasear para alargar un poco más la magia explicándoles que a veces los padres colaboran con ellos para poder hacer llegar los regalos a todos los niños dado que ellos se encuentran muy atareados.
Por otra parte, si los niños/as hacen más preguntas y es necesario ahondar más en ello, lo conveniente es ir al grano pero explicar las cosas con especial cariño, empatía y paciencia, dejando aflorar todos los posibles sentimientos de decepción, engaño o indignación que surjan.
Es importante explicarle que se trata de una tradición, una manera mágica de vivir la Navidad que no tiene porque acabar aquí, que no se trata de una mentira sino de hacer feliz a los niños y no tan niños en estas fechas. Es recomendable recordarle que a él mismo le ha hecho muy feliz durante mucho tiempo y que por eso ahora puede convertirse en otra persona que guarda el secreto y puede seguir haciendo feliz a muchos otros niños de las siguientes generaciones, amigos y/o familiares.