Lo habremos oído en infinidad de ocasiones, el desayuno es una de las comidas más importantes del día, especialmente para los niños. Pero cuando hablamos de desayuno hay que hacerlo con propiedad y darle al niño algo equilibrado, con lo que le estaremos alimentando de una forma correcta y tendrá la energía suficiente como para comenzar el día al máximo.
En muchas ocasiones pensamos que la bollería industrial y un poco de leche con cacao puede ser suficiente para que los peques vayan al colegio o comiencen el día con energía, pero con estos desayunos rápidos y fáciles sólo se están aumentando las probabilidades de que el niño tenga tendencia a engordar.
Nadie quita que esto pueda hacerse una vez cada cierto tiempo, pero lo más recomendable es proporcionarle un desayuno variado, equilibrado y que le resulte delicioso, con lo que estaremos previniendo la aparición de posibles afecciones como el hígado graso, asma o diabetes entre otras.
Un niño de 3 años requiere de unas 1300 calorías diarias y si tiene 12 años el consumo sube hasta las 2200 aproximadamente. Todo lo que sobrepase de esos límites irá acumulándose poco a poco haciendo que el niño tenga tendencia a engordar.
Los especialistas nos recomiendan que el desayuno represente aproximadamente el 30% del aporte energético total. La razón es que entre las 6 de la mañana y las 6 de la tarde es cuando el cuerpo necesita más energía. De esta forma, los niños comenzarán el día en mejores condiciones, con más fuerza y con mejor predisposición a prestar atención en clase.
¿Qué debe incluir el desayuno de un niño?
En este caso vamos a centrarnos en el desayuno para un niño de entre 3 y 12 años, el cual debe incluir un vaso de leche con un poco de cacao en polvo, vale una cucharada de postre dado que este producto tiene bastante azúcar, aunque también se le puede dar un yogur natural como alternativa láctea.
Los cereales integrales también deben estar presentes en su desayuno, bien en forma de cereales para echar en la leche o en forma de barrita. No podemos olvidarnos tampoco de la ingesta de fruta, bien sea en una pieza como la manzana o bebido como un vaso de zumo de naranja, mucho mejor si es natural, aunque si es envasado elegiremos los que no contienen azúcares añadidos.
No hace falta que el niño vaya saturado de comida, pero con un poco de cada le resultará suficiente para comenzar el día con las energías al máximo.