Como mamás o papás, las tareas domésticas nos pueden quitar muchísimo tiempo. Los niños pueden ayudarnos en algunas de ellas, las más sencillas. Conseguir que se impliquen es poder distribuir mejor el tiempo y tener más momentos juntos. Cuando los niños ven que las cosas se las pueden dar hechas, pierden el interés en hacerlas ellos mismos. Se vuelven cómodos, pero tarde o temprano los progenitores no van a estar y tendrán que hacerlas ellos.