No a todos los niños les gusta el colegio o estudiar, pero debemos hacerles ver lo importante que es. Es nuestra labor ayudarles y motivarles para estudiar, aunque a veces cueste mucho hacérselo entender. Por eso queremos darte algunos consejos para que puedas conseguir que estudien.
¿Cómo motivar a los niños a estudiar?
Que sean ellos quienes elijan el lugar donde estudiar es algo importante. Lo normal es que escojan su habitación porque es como su «reino», donde se sienten cómodos y seguros. En su habitación no deben tener nada que pueda entretenerles, de lo contrario podrían no tocar los libros.
También hay que procurar que esta estancia esté bien iluminada, un ambiente fresco y no haya ruidos. De esta forma tendrán el ambiente óptimo para poder estudiar tranquilamente.
Para que no se les haga demasiado pesado, se puede utilizar alguna técnica de estudio, como por ejemplo la Pomodoro. Con esta técnica se administra mejor el tiempo de estudio. Se divide el tiempo dedicado al estudio en intervalos de 25 minutos separados por pequeñas pausas.
Está demostrado que las pausas pueden ayudar a mejorar la agilidad mental. Esto les resultará mucho mejor que estar durante horas seguidas estudiando. Durante el breve descanso pueden hacer una lista de actividades, con lo que poder desconectar y descansar un ratito.
Pongamos que la pausa es de 15 minutos (no es aconsejable mucho más). En esa pausa pueden merendar, ver un poco la televisión, pasear al perro, llamar a sus amigos, etc. La vuelta al estudio no les costará tanto porque están más relajados y tienen incentivo de otra pausa.
Consejo: repasar el estudio
Como mamás y papás, para asegurarnos de que han estudiado, podemos ayudarles preguntándoles después. De esta forma comprobaremos si el sistema ha funcionado correctamente o no. Normalmente suele funcionar porque no se trata de estudiar sin levantar los ojos de los libros.
Otra opción es estudiar en grupo con sus compañeros de clase. El hecho de tener a dos o más compañeros les motivará, sobre todo si los otros estudian fácilmente. Esto es ideal de cara a un examen, porque adquirirán más confianza de cara a ese día e irán más seguros.
Es muy importante establecer rutinas, porque de poco vale estudiar un mes así y después dejar de hacerlo. Acostumbrarse lleva un tiempo, pero después todo será mucho más fácil y beneficioso para ellos. Sentando unas bases de estudio desde una edad temprana, no solo se acostumbrarán a estudiar sino que tendrán más retentiva y agilidad mental, ideal para cursos posteriores.