Todos los adultos lo sabemos, la muerte es parte importante del proceso de la vida. Es algo que comprendemos y que tenemos asumido, pero… ¿qué ocurre con los niños? ¿Cómo podemos explicarles la muerte de un familiar o de un amigo?
Es un tema bastante delicado y en el que debemos tener cuidado para no hacerles daño. Hacerles entender que la muerte es parte del proceso de la vida puede ser bastante complejo. Los expertos aconsejan que los niños también puedan participar del duelo de la familia, aunque cuando tengan cierta edad.
¿Cómo explicárselo a los niños?
No debemos ocultarles la pérdida de un familiar. Los niños no son tontos y rápidamente se darán cuenta del problema. Lo mejor es intentar explicarles la situación con palabras muy sencillas. Siempre procurando que sean palabras muy sencillas para que los niños lo entiendan.
Hay que explicarles de qué ha fallecido la persona en cuestión. Puede que por su edad y se haya ido de forma natural o por enfermedad. Si ha sido por enfermedad es necesario hacerles comprender que las enfermedades pueden matar.
Si no les explicamos las cosas, puede que piensen que la tristeza es por algo que han hecho. Por ello hay que pensar bien cuáles serán las mejores palabras para utilizar con ellos.
Si decidimos no explicárselo por la razón de que “son niños y no lo entenderían” no sería correcto. Hay que manifestar nuestras emociones y estaremos indirectamente enseñándoles a que también lo hagan. Ayudarles así tendrá un eco en su estabilidad emocional ya desde pequeños.
Cuando se lo hayamos explicado es necesario que les dejemos expresarse y que nos pregunten. Algunos se pondrán tristes y llorarán porque no volverán a sus abuelos, un tío o a un amigo por ejemplo.
Los expertos nos recuerdan que los niños a partir de 10 años pueden entender bien la situación. En algunos casos recomiendan que nos acompañen a la ceremonia de despedida de la persona fallecida. Es necesario también explicarles por qué se hace esto, también con nuestras palabras.
Para explicarles las cosas se pueden usar metáforas pero también con cuidado. Es necesario no hacerles creer que la persona fallecida pueda volver. Debemos hacerles entender que las personas fallecidas nunca volverán.
Es importante recordar que los niños sepan la verdad y que también tengan su duelo, aunque sea a su manera. Pero también es importante que como progenitores también estemos con ellos en todo momento.