Las mascotas son una excelente opción para conseguir un excelente desarrollo en los niños, ya que ayudan en todos los ámbitos de la crianza. Eligiendo bien la raza del perro o gato (por poner un ejemplo) se consiguen grandes beneficios que en el futuro serán una piedra angular en el adulto para estar completamente centrado.
Los vínculos que se crean con los animales de compañía son mucho más intensos y positivos y el crecimiento de las mascotas se realiza en paralelo al del niño. Y, esto, lleva a conseguir un bienestar increíble y, además, a tener unos valores que de otra forma son casi imposibles de conseguir. El motivo es que se formará una familia más completa y se compartirán momentos fantásticos con algo que no utiliza pilas o que no está conectado a Internet. En definitiva, que se gana un realismo en el crecimiento que de otra manera se está perdiendo actualmente.
Elección del tipo de mascota
Este es el primer paso y es vital acertar. No es lo mismo hacerse con un perro (siempre mejor adoptado, si es posible) que temer un animal que no está suelto y que no reclama mucho tiempo de atención -ejemplos aquí están los peces, tortugas e, incluso, roedores-. Una cosa es esencial: siempre tienes que estar vacunados y desparasitados si es necesario.
Debes valorar la edad del niño, ya que hay opciones que no son recomendables si son muy pequeños (menos de seis años). Un ejemplo son los Lagartos e incluso las tortugas debido a que pueden aparecer problemas de alergias e, incluso, inmunitarios. Algunas recomendaciones son estas:
- Gatos: son muy cuidadosos con los niños y crean con facilidad vínculos importantes. Les encanta jugar y tiene un efecto relajante crucial.
- Perros: menos juguetones, son casi unas niñeras que generan el vínculo necesario para que los niños aprendan ciertas normas de comportamiento y, también, de responsabilidad. Se los debe respetar siempre, ya que no son un juguete.
- Peces: delicados, pero siempre bonitos, son de los que dan poco trabajo, algo que puede ser esencial en la elección.
- Conejos: muy tranquilos, son una opción que se debe valorar siempre porque, entre otras cosas, son pocas las enfermedades que pueden tener problemas con los niños.
- Hámster: recomendados para niños mayores de seis años, su vida corta puede ser un hándicap para algunos padres. No son muy exigentes en los cuidados.
- Tortuga: otra opción que debe ser pensada para los mayores de seis años, ya que son delicadas y se deben cuidar mucho. Su larga vida las hace increíblemente longevas (pueden llegar a los 25 años).
De todas formas, si tienes cualquier tipo de duda, lo mejor es ir a un veterinario que seguro que te explica con todo lujo de detalles lo que necesitas conocer para saber que aciertas con el tipo de animal de compañía con el que te haces.
Los grandes beneficios de criar una mascota con un niño
Si te preguntas los beneficios en concreto de que un niño crezca con una mascota al lado, te dejamos lo más importante que puedes conseguir. La verdad, es que merece mucho la pena porque incluso los adultos se benefician de la existencia de un animal bien educado en casa.
Reducción de estrés
Al estar juntos, los animales tienden a tranquilizarse, lo que hace que los pequeños sigan el mismo comportamiento. La comunicación no verbal que se produce es sorprendentemente efectiva, y consiguen que los momentos de ansiedad por tristeza o desapego desaparezcan como por arte de magia. Un gran beneficio.
Mejora en la autoconfianza
Esto se debe a que las mascotas no critican ni emiten juicios de valor. Personan con rapidez, y esto es algo que actualmente no es sencillo de encontrar en la sociedad. Al ser siempre cariñosos en el caso de existir un buen vínculo, serán un refugio siempre y, por sorprendente que pueda parecer, esto genera una mayor confianza en uno mismo. Esto también ocurre con el apego que se consigue: se convierten en un gran amigo.
Se logran buenos valores
Algunos sociales se están olvidando, y las mascotas ayudan a recordarlos y tenerlos presente. Un ejemplo es la confianza y amor incondicional, así como la empatía o la responsabilidad. Todo esto se consigue con el animal de compañía en casa debido a que lo transmiten y hacen que sea algo normal en el hogar. Esto es completamente vital.
Mejora en la salud
Más allá que lo que se consigue al pasear a un perro, por poner un ejemplo, al crecer los niños con animales a su alrededor se reducen los riesgos de alergias y asmas, cada vez más comunes. Por lo tanto, se genera inmunidad a los problemas de los pelos o descamaciones. Y, esto, es algo vital para un correcto desarrollo físico.
Reducción de la agresividad
Aunque se puede pensar lo contrario, esto es algo que se consigue también con las mascotas (y no solamente los niños). Al reducir la hiperactividad al estar al lado de un animal que es tranquilo, siempre que esté bien educado, es un logro que no cuesta lograr. Se comienza con todo lo que es psicológico, ya que al jugar con los animales se olvidan los problemas, pero, además, también se logra un lenguaje corporal adecuado que transmite tranquilidad.
Desarrollo mejorado
En los juegos que se realizan se da pie a desarrollar la imaginación y, por lo tanto, existe un elemento que permite estimular el aprendizaje de una forma rápida y práctica. Esto puede llegar a la liberación de serotonina que transmite una sensación de felicidad que hace que los pequeños aprendan con mayor facilidad. También se consigue un mejor comportamiento social que se demuestra en la relación con los demás y en lograr una mayor cohesión familiar.
Como se puede comprobar, los beneficios de tener una mascota en casa con los niños están en plena fase de desarrollo es todo un acierto. Se mejora en muchos apartados de manera rápida y natural, algo que se ve reflejado en conseguir unos valores al ser adultos que de otro modo es complicado conseguir actualmente.