La dermatitis atópica en los bebés es una enfermedad bastante frecuente, que consiste en la aparición de rojeces en la piel, con aspecto descamado, que puede producir picores y molestias, y que aunque no siempre, suele aparecer en la piel de nuestro bebé, aproximadamente al segundo mes de vida. Es frecuente, pero no preocupante, y hay muchas formas de prevenirla en casa, además de que, en estos primeros meses de vida de nuestro hijo, iremos frecuentemente a la consulta del pediatra para obtener la mejor información médica acerca de esta enfermedad, sus efectos y cómo curarla y prevenirla.
Cómo detectar la dermatitis atópica
La dermatitis atópica es muy fácil de detectar. Veremos cómo aparece en las mejillas de nuestro bebé, sobre todo en recién nacidos donde es más común. Aunque también podremos observar rojeces y descamación en sus bracitos y piernas, y alrededor de la zona del pañal, aunque en la gran mayoría de los casos, estas lesiones en la piel desaparecen con el tiempo.
Si estamos hablando de recién nacidos, lo más recomendable es acudir lo antes posible al pediatra, para que pueda observar la piel de nuestro bebé, evaluar la situación y determinar las medidas que debemos tomar para que esta dermatitis mejore con el tiempo. Lo más importante, en cualquier caso, es extremar las medidas de higiene de nuestro bebé si ha aparecido dermatitis, además de las indicaciones médicas que debemos tomar en consideración.
Consejos para tratar la dermatitis atópica en casa
Las medidas higiénicas son de gran importancia en casos de dermatitis atópica, cualquiera que sea su gravedad. En primer lugar, debemos extremar las medidas de higiene, especialmente en la zona del pañal, ya que la piel de nuestro bebé se irrita mucho en esta parte, y debe estar completamente seca. Si vemos que la dermatitis es importante en esta zona, nuestro pediatra nos aconsejará dejarle sin pañal y con el culito al aire durante algunas horas.
Por otra parte, es importante utilizar ropa de tejido a base de fibras naturales, para evitar el sudor y la irritación de la piel. Su ropita debe ser de algodón suave 100%, no es conveniente, especialmente en bebés con tendencia a desarrollar dermatitis atópica, que utilicemos ropa sintética. En este sentido, debemos ser especialmente cuidadosos con los bodys, que deben ser 100% algodón porque es un tejido muy transpirable que evita y previene irritaciones en la piel.
Los baños de nuestro bebé los haremos siempre con jabón neutro y sin aditivos químicos de ningún tipo. Además, tendremos que espaciar la frecuencia de los baños (cada dos días) y mantenerlos en el agua el menor tiempo posible, y a una temperatura más fría de la habitual. Los baños calientes y prolongados no son nada recomendables para combatir la dermatitis atópica. Por otra parte, Los jabones para bebés son los más indicados, y deberían ser los únicos que utilicemos al principio. Una vez que le saquemos del agua, es importante secarle con ligeros toques y no frotar su piel con la toalla, porque podemos provocar más irritación en su piel.
Remedios caseros para prevenir y curar la dermatitis atópica
Hay diversas teorías médicas sobre por qué se produce la dermatitis atópica en los bebés. Algunas apuntan a un factor genético, mientras que otras indican que puede ser debida a la alimentación de la madre o del bebé, entre otras. Por esta razón, es importante que nuestro pediatra eche un vistazo a las lesiones en la piel y evalúe la causa, porque la mayoría de los tratamientos, ya que tienen diversos orígenes, suelen ser totalmente personalizados. Algunos bebés tan sólo necesitan una hidratación extra de su piel, y en poco tiempo la dermatitis puede desaparecer o mejorar considerablemente, mientras que otros sí necesitarán tratamiento farmacológico.
En cualquier caso, hay remedios caseros naturales que funcionan muy bien, y calman las molestias en la piel, que pueden sufrir nuestros bebés. El bicarbonato de sodio funciona muy bien para mejorar la dermatitis, especialmente la conocida como “dermatitis de pañal”. Consiste en añadir dos cucharaditas de bicarbonato en el baño de nuestro bebé.
La avena es un buen remedio casero para pieles sensibles de todas las edades, pero en el caso de los bebés es muy efectiva, y de hecho muchas cremas para combatir esta lesión tienen avena entre sus ingredientes. Una infusión de avena, aplicada suavemente con una gasa sobre las rojeces puede aliviar mucho al bebé y mejorar su dermatitis. Otro ingrediente natural de gran poder es el aloe vera, que tiene un efecto calmante sobre la piel, la alivia y la refresca.
Frutas y verduras como el pepino, que suaviza y refresca, o el aguacate, que es rico en vitamina E y D, que nutre la piel, son ideales para combatir y prevenir este tipo de lesiones. Basta con triturarlos y aplicarlos como si se tratara de una pomada. El bebé notará alivio inmediato.
Además, en los herbolarios podemos adquirir malva o caléndula. Y en cualquier gran superficie podemos encontrar tomillo. Con alguna de estas tres hierbas, podemos hacer una infusión y aplicarla con una gasa sobre la piel del bebé. La caléndula tiene propiedades antiinflamatorias y astringentes, y es muy recomendable para heriditas algo más profundas, mientras que el tomillo calma considerablemente los picores. Otros productos caseros que tienen buenos efectos para combatir la dermatitis atópica son el vinagre de manzana, o el yogur natural no azucarado, aplicado directamente sobre la parte afectada.
Prevenir y evitar nuevos brotes
Es importante, una vez que la piel de nuestro bebé presente mejoras, evitar ropas de cama que tengan tejidos sintéticos, no abrigar de más a nuestro bebé en verano, porque puede sudar y la falta de transpiración y no tener la piel seca, puede provocar un nuevo brote de dermatitis. También debemos evitar los cambios repentinos y seguir utilizando jabones neutros para prevenir la aparición de nuevos brotes de dermatitis atópica. Posiblemente, debamos acudir con más frecuencia al pediatra, para que éste haga un seguimiento de cómo va la dermatitis de nuestro bebé, y en casos más graves, sea recomendable utilizar productos farmacológicos.