La higiene es uno de los aspectos más importantes en la vida de toda persona. Por ello es tan recomendable inculcar esta responsabilidad a los más pequeños de la casa. La higiene dental infantil es algo que se debe tener muy en cuenta sobre todo por el consumo de azúcares.
La higiene dental infantil debe comenzar desde niños
Para tener una boca sana de adulto, es importante tener unos buenos pilares. Eso es algo que se debe hacer desde la infancia, aunque no todos los niños tienen una buena higiene bucal.
Los expertos coinciden en destacar que los hábitos que se adquieren desde la infancia son básicos. Por ello, los padres deben animar a sus hijos a que tengan una buena higiene bucal. Esto es algo que se puede conseguir dándoles ejemplo y haciendo que se convierta en una rutina diaria.
Al menos tres veces al día, pero no solo con el cepillo. Se debe utilizar hilo dental y un buen colutorio infantil, para que no les pique demasiado. Este aspecto debemos tenerlo en cuenta dado que hay algunos colutorios que pueden resultarles bastante fuertes.
Nunca está de más enseñarles técnicas de cepillado, para que aprendan desde la edad más temprana. Obviamente, ellos deben usar un cepillo acorde a su edad y sobre todo de cerdas blandas, aspecto muy importante.
También es básico supervisar cómo se cepillan los dientes. Cuando demuestren que lo hacen correctamente será el momento en el que permitirles que lo hagan solos. Hacerles ver que la limpieza de dientes debe ser minuciosa será un cometido arduo al principio, pero merecerá la pena.
Con ello no solo ganarán en salud sino que como padres y madres nos ahorraremos dinero en dentistas. Pero la higiene dental infantil no solo tiene que ver con lavarse la boca sino también con la alimentación.
La salud bucal, también en la alimentación
Debemos enseñarles a comer bien y aconsejarles sobre aquellos alimentos que favorecen la aparición de caries. Golosinas, refrescos con azúcar, zumos azucarados, dulces, etc. son los productos con los que deben tener más cuidado. Eso no quiere decir que se los prohibamos porque son niños y a todos les encantan.
Debemos llevar a nuestros hijos al dentista de manera regular. La primera visita debe ser a los seis meses siguientes de la aparición del primer diente. Hay que cepillarle los dientes con agua desde el momento en el que aparezca el primer diente de leche.
Para finalizar, hay que cepillarle los dientes diariamente hasta que pueda hacerlo por sí mismos. Cuando dos piezas dentales empiecen a tocarse por primera vez podremos usar el hilo dental.