Seas madre primeriza o ya con experiencia, siempre es una odisea lograr que tus hijos vayan al baño a hacer pipi o caca y ¡que avisen antes y no después del suceso! Hoy mencionaré algunos consejos de cómo lograrlo sin que sea un trauma para el peque ni que se te agote la paciencia a ti y a tu pareja.
Ensuciarse en los pañales es lo más cómodo para los niños y lograr que se acerquen a ese monstruo que hace tanto ruido cuando se enfada y succiona tragándose lo que has depositado, o sea el inodoro, es algo que no están dispuestos a probar. Mi primer sugerencia es que lo hagas atractivo y una actividad de forma de juego.
Adaptadores
Si tu hijo es aún pequeño y deseas que deje pronto los pañales, compra una bacinilla pequeña en color atractivo, mucho mejor si tiene la silueta de un animalito que le guste o motivos de caricaturas y si te animas, compra otra grande para ti. Recuerda todo enseñanza es a través del ejemplo, la mímica por parte de ellos y como si fuera un juego.
Sin que ambos tengáis prisa y aún no sienta la necesidad de orinar o cagar, juega a que ambos se sentarán en el ‘trono’, primero déjalo con pañales, explica de manera divertida que será mejor si deposita cada uno su tesoro para alegrar el trono y por supuesto el contenido deberá ser vertido en otro más grande para poder limpiar el recipiente pequeño. Después de unos días ambos os sentáis en vuestros respectivos tronos, tu pequeño sin pañales y tu sin molestias: a orinar se ha dicho, ¿quién ganará?
Inodoro más pequeño
No te asombres, no te sugiero que cambies de inodoro, simplemente compra adaptadores para que la tapa intermedia tenga el orificio más reducido y de esta manera tu pequeño no sentirá que sus pompas tocan el agua o tenga el temor que ‘ese monstruo’ lo tragará.
Compra unos peldaños o un banco para que pueda subir por sí mismo y al estar sentado sus pies toquen el peldaño. Haz que tu pareja participe en el juego y también se sienta en el trono.
En pocas semanas escucharás que ha usado el baño por sí solo.