Aunque pensemos que el estrés es algo que solamente afecta a los adultos, no es así. Los niños también pueden sufrir esta patología que afecta a millones de personas en todo el mundo. El estrés puede presentarse en la boca y una de las formas es mediante el bruxismo.
¿Qué es el bruxismo?
Consiste en apretar fuertemente los dientes o hacerlos rechinar, normalmente de forma involuntaria. Esto provoca un gran desgaste en las piezas dentales pudiendo romperlas o astillarlas. En los casos más severos puede llegar a provocar dolores muy fuertes.
Este problema comienza a estar muy presente en la preadolescencia y actualmente la cifra de niños afectados va en aumento. Según diferentes organizaciones de salud, se revela que afecta a un 10% de los niños.. Se muestra a partir de los 4 o 6 años tal como demuestra el Estudio Sanitas de Salud Bucodental 2016.
Actualmente hay una gran preocupación dado que cada vez se detectan más casos de bruxismo infantil. La incidencia en los niños se hace más «común» entre los 10 y los 12 años. El índice en esta franja de edad está en un 30% y se sospecha que seguirá subiendo.
¿Cuáles son sus causas?
Diferentes expertos coinciden en que las principales causas son los factores psicológicos, problemas emocionales o el estrés. Los problemas que pueden tener en casa con la familia pueden ser una causa. El desamor a tempranas edades, problemas con los estudios o con los compañeros de clase.
Un problema del bruxismo es que quienes lo sufren no lo perciben hasta que aparecen determinados síntomas. Puede ser hipersensibilidad dental, tensión muscular, dolores de cabeza, cuello y oído, desgaste dental o problemas para masticar entre otros.
Aunque esta afección es un problema, es importante visitar al dentista al menos dos veces al año. De esta forma no solo se mantendrá a raya esta afección sino también la gingivitis y periodontitis. Acudir a las revisiones odontológicas con frecuencia, podría llegar a solucionar estas dolencia.
¿Cómo se trata?
Desde hace mucho se usan protectores dentales o una especie de férulas para evitar el bruxismo durante el sueño. A pesar de ello no resuelve el problema aunque sí desaparecerán los dolores. Cuando se dejan de utilizar, el dolor vuelve.
Es importante realizar ejercicios de relajación, evitar comer alimentos dulces o demasiado duros. Se debe beber mucha agua, dormir bien, masajear las zonas afectadas por el dolor aplicar calor seco o hielo en estas zonas. Pero lo más importante es visitar a un experto en caso de que los niños tengan esta afección.